IDD-Lat 2008

Bolivia

IDD-LAT 2002

IDD-LAT 2003

IDD-LAT 2004

IDD-LAT 2005

IDD-LAT 2006

IDD-LAT 2007

IDD-LAT 2008

4,150

2,883

3,343

3,528

2,726

3,281

2,843

                             

IDD-LAT 2008

Dimensión II

Dimensión III

Dimensión IV

Datos Económicos

Dimensión IV

Datos Sociales

4,599

3,055

-2,197

0,229

  • Bolivia ha sido uno de los países que ha empeorado, alcanzando el lugar Nº 17 de la tabla, cuando el año anterior había alcanzado el puesto 14. Esto se debe a peores desempeños en las Dimensiones III y IV. Aún no alcanza a superar el promedio regional y es considerado un país con desarrollo democrático bajo. Con respecto a sus vecinos regionales, sólo Ecuador se ubica por debajo.
  • Con respecto a la Dimensión Respeto de los Derechos Políticos y las Libertades Civiles, su puntuación, con respecto al 2007, es levemente inferior, por lo tanto aún no alcanza el promedio regional y el mejor valor obtenido en el 2002. Esto se debe no porque los indicadores que la componen hayan tenido peores comportamientos. De hecho Voto de Adhesión Política, Condicionamiento de libertades y derechos por inseguridad y Género en el Gobierno han mejorado sustancialmente. Sin embargo, como la mayoría de los países, ha elevado su puntaje y ha subido el valor del promedio, y esto hace que el rendimiento de Bolivia no se evidencia. Los indicadores que dependen de la puntuación de Freedom House se mantienen estables. Bolivia ha subido un escalón en el ránking, ocupando el lugar 10.
  • En la Dimensión Calidad Institucional y Eficiencia Política, Bolivia es el país que tiene el peor puntaje de la Región y esto se debe a que ha sufrido una variación negativa de más del 12%. El valor obtenido este año es similar al valor obtenido en el 2002. Este comportamiento se debe principalmente a que ha sido castigada con el Factor de Anormalidad Democrática, debido a la crisis institucional y política que ha vivido el país durante el 2007. Percepción de la Corrupción y Accountability han elevado su rango. El resto de los indicadores se ha mantenido estables.
  • Bolivia, en la Subdimensión Económica, es la que presenta el peor comportamiento de la Región, alcanzando el último puesto del Ránking. Ha descendido nuevamente casi un 5% con respecto al valor obtenido en el 2007, aunque casi todos los indicadores presentan un mejor desempeño, salvo Inversión y Puntaje en el Indice de Libertad Económica. Su retroceso se debe a que el factor de ponderación de la Región ha mejorado fuertemente y el valor promedio de la subdimensión ha alcanzado más de 6 puntos. Por eso Bolivia está muy por debajo del promedio regional. El puntaje obtenido es el peor de la serie.
  • Bolivia ha descendido en el Subíndice Social, alcanzando el puesto Nº 7 en el Ránking, aunque continúa situándose por encima del promedio regional. Casi todos los indicadores han mantenido sus valores, salvo el de Desempleo, que no ha mejorado. Crecieron los indicadores de Mortalidad Infantil y Matriculación Secundaria.
 
Memoria Democrática 2007
El presidente de Bolivia, Evo Morales, ha cumplido dos años de una gestión marcada por la polarización política y por el intento de desactivar la crisis a través del diálogo. El amplio apoyo popular obtenido en las elecciones presidenciales de 2006 no ha sido garantía de paz social, al contrario, según expertos, se profundizó la polarización en el país. Durante 2007, el oficialismo aprobó en la Asamblea Constituyente, su proyecto de Constitución Política del Estado (CPE) sin la presencia de la oposición y que fue rechazado sobre todo, por los prefectos de cuatro de las nueve regiones del país.

Esas regiones -Santa Cruz, Tarija, Beni y Pando- se declararon autónomas, aunque no aplicaron ese modelo de gobierno. También se unieron a esa rebeldía las regiones de Cochabamba y Chuquisaca.
La confrontación desatada en torno a la Constituyente, provocó la muerte de tres personas en Sucre. Otro de los hechos que contribuyó a la confrontación entre oficialistas y opositores fue el fuerte asedio a los miembros independientes del Poder Judicial. Por ejemplo, los miembros del Tribunal Constitucional fueron procesados por emitir un fallo contrario al presidente Morales.

Ante la crisis política, el presidente convocó a un diálogo con los nueve prefectos (gobernadores de los departamentos) del país, proceso que aún está en curso, pero que no ha dado resultados concretos. En el diálogo, el gobierno discutía con los prefectos la forma de incluir las autonomías regionales en el proyecto de Constitución del oficialismo, que debía pasar por dos referendos antes de su aplicación. Los análisis son poco alentadores sobre la gestión económica de Morales. Una inflación de dos dígitos, un crecimiento menor al proyectado, un plan de desarrollo que no logra arrancar y una producción de gas deficitaria, son algunos de los factores que dejan mal parado al Gobierno. Como contrapartida, el país vivió una etapa de bonanza porque aumentaron los ingresos por la venta de materias primas, sobre todo del gas y los minerales.

Sin embargo, el mayor flujo financiero no tiene que ver con la gestión gubernamental, sino con los altos precios del petróleo y los minerales en el mercado internacional. De hecho, pese a que los ingresos aumentaron, la producción bajó y esto se debe a que las políticas de Morales, como la nacionalización de los hidrocarburos, ahuyentaron las inversiones.
Para el ministro de Hacienda boliviano, “el mayor logro del gobierno ha sido la nacionalización de los hidrocarburos. Eso ha repercutido en mayores ingresos para el país y ha permitido aplicar políticas sociales redistributivas”.

En el marco de la nacionalización de los hidrocarburos, el gobierno logró negociar con las empresas petroleras mayores ingresos para el erario público. Además el gobierno creó dos bonos, uno de ellos destinado a los niños y el otro a los ancianos. En ese proceso se produjeron fuertes fricciones con la estatal petrolera de Brasil Petrobras, pero esa crisis fue superada y la compañía anunció nuevas inversiones en Bolivia.
Durante 2007 el presidente Evo Morales realizó nuevos ajustes en su gabinete, a la vez que dijo que la mayor parte de los objetivos que fijó en un principio a su administración fueron cumplidos, y que el resto de su mandato lo usaría para "consolidar el proceso de cambio estructural, en paz, sin racismo, y con inclusión" que quiere para Bolivia. A dos años de distancia y en paralelo en el marco de la heterogénea alianza oficialista, se observa que las confrontaciones con la oposición, la relación entre el presidente, su gabinete y los movimientos sociales muestran un panorama conflictivo. Eso explica que 7 de los 16 ministros hayan sido cambiados y que en muy diversas ocasiones los movimientos sociales que apoyan al presidente Morales, fueran vistos como simple palanca de apoyo de las iniciativas presidenciales.

Además de la búsqueda de equilibrios internos el otro gran desafío que espera al presidente se encuentra en el terreno de sus relaciones con el exterior, en particular con Estados Unidos.
El gobierno ha desarrollado una ambiciosa política educativa. Un total de 109 municipios ya fueron declarados territorios libres de analfabetismo en 21 meses de campaña masiva en el país, según el Programa Nacional de Alfabetización del Ministerio de Educación y Culturas (PNA). A fines del 2008 Bolivia estaría en condiciones de ser declarada territorio libre de analfabetismo, la tercera después de Cuba (1961) y Venezuela (2005).

La energía es un aspecto estratégico de la política del país. La posición de Morales frente al proceso de integración energética regional es dinámica. La producción gasífera boliviana, unos 38 millones de metros cúbicos por día, se exporta principalmente a Brasil y Argentina. Si a esa cifra se suma el consumo interno, se completa la capacidad actual de producción. El diseño de la política energética del nuevo gobierno contempla una ampliación de la producción y de los volúmenes exportables. Brasil es un importante comprador del gas boliviano. Un 50% de su consumo nacional de gas es abastecido por Bolivia, y un 75% del que utiliza el dinámico estado de San Pablo tiene también ese origen. Aunque Brasil ha encontrado recientemente en Santos interesantes yacimientos susceptibles de ser explotados, todo indica que su consumo de gas proveniente de Bolivia se mantendrá cerca de los 25 millones de metros cúbicos por día. Paralelamente, Bolivia ha desempeñado un papel muy activo en el diseño del Gasoducto del Sur, un proyecto muy ambicioso, aún en fase de evaluación, impulsado por Hugo Chávez, que busca conectar la futura producción venezolana de Maracaibo con el puerto de Buenos Aires.

El nuevo gasoducto boliviano-argentino se integraría a esta red.
En cualquier caso, y más allá de los proyectos concretos, no cabe duda de que las reservas de gas le han dado a la política internacional de Bolivia un margen de maniobra e influencia cada vez mayores, al punto que muchos la miran como el pulmón gasífero de América del Sur. En una política exterior que históricamente se ha reducido a los vínculos bilaterales con otros países sudamericanos y a una inevitable relación preferencial con EEUU, el panorama internacional actual le ha ofrecido al gobierno de Evo Morales una interesante posibilidad de expandir sus relaciones. En ese sentido, en primer lugar, hay que señalar los vínculos preferentes con los gobiernos de Venezuela y Cuba, con los que ha ido suscribiendo acuerdos económicos y políticos especiales, que han llevado a algunos analistas a hablar de un eje La Habana-Caracas-La Paz.

A esto se suma la gira mundial que Evo Morales emprendió antes de asumir el gobierno y que lo llevó a establecer relaciones preferentes con España y otros países de la Unión Europea, con Japón y China, y con Irán y otros países productores de petróleo de Oriente Medio. En materia de relaciones bilaterales sobresalen dos países: Brasil y Chile. El gobierno de Lula fue uno de los que recibió con mayor simpatía el triunfo del MAS, y todo prefiguraba una relación muy especial. Sin embargo, las cosas cambiaron bruscamente cuando Evo Morales planteó la necesidad de que los compradores pagaran por el gas boliviano un precio justo y exigió un alza del valor. Esta demanda, que fue aceptada por Argentina, que elevó el pago a 5 dólares por millón de BTU (Unidad Térmica Británica), fue inmediatamente rechazada por Brasil, que argumentó la vigencia de las cláusulas del contrato de abastecimiento a largo plazo previamente suscrito. Las cosas no han cambiado y Brasil sigue pagando el gas a un precio inferior al de Argentina.

La situación llegó a su punto más difícil con la decisión decretada el 1 de mayo de 2006 por el gobierno boliviano, para recuperar (no es técnicamente una nacionalización) el gas.
La prensa brasileña consideró una humillación que fuerzas militares bolivianas hubieran ocupado las instalaciones de Petrobrás y que ésta hubiera sido la imagen más difundida de la operación. Lula, en aquel momento en plena campaña electoral, quedó seriamente dañado por esta ofensiva, pero reaccionó con prudencia y descartó las recomendaciones de mostrar una postura dura. A pesar del encuentro de Lula con Evo Morales, junto con Kirchner y Chávez, pocos días después en Puerto Iguazú, las cosas no volvieron a ser como antes.

En cuanto a los vínculos con Chile, históricamente muy difíciles, se advierte una actitud de cautela y buena voluntad en el manejo de la aspiración marítima boliviana. Es notorio que hay una relación de cordialidad entre Evo Morales y Michelle Bachelet, que ha posibilitado un diálogo discreto para examinar los dos puntos más conflictivos: el requerimiento de una salida al Pacífico como un asunto previo a la reanudación de relaciones diplomáticas por parte de Bolivia, y la propuesta de «gas por mar» formulada durante la gestión de Carlos Mesa. Evo Morales ha retirado del lenguaje oficial las frases agresivas hacia Chile, mientras que Santiago ha buscado subrayar la normalidad y la cordialidad de los vínculos entre ambos países.

Pero, a pesar de los avances, persiste un problema de fondo, ya que un sector bastante mayoritario de la ciudadanía chilena se opone a acoger la petición de Bolivia. Por ahora, el perfil de la relación bilateral es mejor que hace unos años.
Un último vínculo bilateral muy intenso, es el que liga a Evo Morales con Hugo Chávez, quien ha aplicado un extenso programa de cooperación con La Paz cuyo aspecto más complicado es el plan de ayuda militar, que ha levantado sospechas en algunos de los cinco países vecinos de Bolivia.

Bolivia cerró el 2007 con un crecimiento de 4.2%, por debajo de la previsión del Ejecutivo de 5% y con una inflación de 11.7%, por encima de la pronosticada de 4.3%, factores que generan grandes preocupaciones para el gobierno.

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