IDD-Lat 2016 |
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Honduras |
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Con Nicaragua y Guatemala son los paÃses de América Central que califican con el peor nivel de desarrollo, mientras que Costa Rica y Panamá se presentan en lo alto de la tabla. Dos caras de una misma región geográfica. La caÃda de Honduras hubiera podido ser peor si no presentara avances en las dimensiones democracia de los ciudadanos y de las instituciones que minimizan los retrocesos en las otras dos dimensiones.
La puntuación alcanzada sigue por debajo del promedio regional y ubica al paÃs en el grupo de bajo desarrollo. De la región de América Central, Honduras y Guatemala son los paÃses de peor comportamiento en esta dimensión. Honduras presenta bajas puntuaciones en los indicadores respeto de las libertades civiles y derechos polÃticos y tasa de secuestros, otro de los componentes del indicador condicionamiento de las libertades por inseguridad. Con este desempeño, el paÃs no logra mejorar las bajas puntuaciones recibidas en el Ãndice de libertades civiles y en el de derechos polÃticos desde el 2010 a la actualidad.
En esta dimensión, por segunda vez Honduras se ubica por encima del promedio regional y se mantiene entre los paÃses que presentan desarrollo democrático medio: El Salvador, Panamá y Bolivia. A pesar del crecimiento en esta dimensión, Honduras se mantiene en el sexto lugar que habÃa alcanzado en el 2015.
El resultado se explica por el pobre rendimiento en los indicadores que componen los subÃndices de desempeño en salud y en educación, y fundamentalmente por la caÃda en la variable que mide el desempleo urbano y la persistencia del peor puntaje en población bajo la lÃnea de la pobreza.
El promedio de su propia serie histórica lo ubica en torno a un punto por debajo del promedio regional latinoamericano. Con la calificación recibida se ubica en el conjunto de paÃses con bajo desarrollo democrático, junto con Bolivia, Brasil, El Salvador y Guatemala. En América Central ningún paÃs califica con alto desarrollo democrático. El resto de la región muestra desarrollo democrático medio. Conclusiones- Honduras ha empeorado su puntuación final en casi un 21 % respecto de la medición anterior. - El peor comportamiento de las dimensiones de democracia social y democracia económica motoriza este descenso. - Permanece en el conjunto de paÃses con mÃnimo desarrollo democrático y no alcanza el promedio regional. - Desciende dos posiciones en el ordenamiento regional. - Presenta avances en democracia de los ciudadanos y de las instituciones, que son neutralizadas por los pobres desempeños en las dimensiones de la democracia social y económica. - En democracia de los ciudadanos Honduras mejora alrededor del 2 % respecto al año anterior. El signo positivo no se traduce en una mejor ubicación en el ranking regional (16° lugar). Pertenece a los paÃses con bajo desarrollo democrático. - En democracia de las instituciones, la puntuación es 15 % mayor a la obtenida en 2015. Por segunda vez se ubica por encima del promedio regional y forma parte de los paÃses que presentan desarrollo democrático medio. - En democracia social, Honduras presenta una fuerte caÃda. Obtiene el peor valor desde el 2002 a la fecha, lo cual se traduce en la caÃda al fondo del ordenamiento regional. Es el único paÃs con mÃnimo desarrollo democrático. - La dimensión económica muestra puntuaciones negativas en todas las variables que conforman esta dimensión. Honduras recibe el peor valor desde el 2002 a la fecha. Desciende al fondo de la tabla, 18° lugar. Se ubica en el conjunto de paÃses con bajo desarrollo democrático. El desafÃo de la estabilidadJosé Alejandro Cepeda En 2015 Honduras comenzó a consolidar ciertas mejorÃas a nivel económico, social y polÃtico, llenando de expectativas a su ciudadanÃa y asumiendo a la vez el complejo reto que eso conlleva. Se trata del segundo año en que el abogado Juan Orlando Hernández como quincuagésimo quinto presidente constitucional, proyectado hasta 2018, ha definido un estilo pragmático sin desligarse de la lÃnea ideológica de centroderecha que caracteriza al Partido Nacional. Enfrentar los desafÃos de que Honduras reduzca sus altas tasas de violencia, apuntale una economÃa más estable y genere un nuevo modelo de comunicación polÃtica son las metas concretas que han caracterizado al paÃs en los últimos meses, ante una difÃcil realidad donde aún los homicidios, la corrupción y la pobreza son altamente visibles. Recordemos que Hernández fue elegido en 2013 por el 36 % de votantes en unos comicios en que participó el 61 % de la población, venciendo una tendencia abstencionista, momento desde el cual ha intentado proyectar una imagen renovada de la nación y del ejercicio del poder. A continuación aparecen los acontecimientos principales que permiten analizar la agenda de un paÃs aún convulso que busca cambiar. La seguridad como punto de partida para la democraciaEl secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Ban Ki-moon, visitó Honduras en enero de 2015 y fue recibido como huésped de honor. Conoció allà los avances en materia de seguridad, educación y salud que han sido la carta de presentación del Gobierno, relacionándolos con la disminución del número de asesinatos, logros en la lucha contra el narcotráfico y la generación de empleo. En efecto, la seguridad ciudadana ha sido uno de los elementos centrales de la administración Hernández, quien ha admitido que sin recuperar el monopolio de la fuerza en todo el paÃs es imposible avanzar en los frentes sociales. El éxito en la baja de asesinatos se debe a las acciones de la Fuerza Nacional de Seguridad Interinstitucional (FUSINA), un cuerpo institucional mixto que ha integrado a cerca de 18.000 miembros de las Fuerzas Armadas, la PolicÃa Nacional, el Ministerio Público, la Corte Suprema de Justicia, agentes migratorios y de inteligencia, para revertir coordinadamente la tendencia de que Honduras sea considerado año tras año uno de los paÃses más violentos de América Latina. En lÃnea con estos avances, el Congreso Nacional inició el debate de la nueva Ley Orgánica de la PolicÃa Nacional, que tiene como objetivo establecer las bases jurÃdicas fundamentales y generales, asà como la estructura organizacional básica de la SecretarÃa de Seguridad para garantizar un eficiente control, administración y funcionamiento de la institución policial. El balance de 2015 ofrece la desarticulación de 176 bandas criminales. Más de 700 de sus integrantes fueron puestos a la orden de los tribunales de justicia y se ejecutaron 3600 órdenes de captura, gran parte de las cuales eran acusaciones por homicidio, lo que muestra la grave situación de violencia que aún amenaza al paÃs. La PolicÃa Nacional y la Fuerza Nacional Antiextorsión lograron recuperar millones de lempiras cobradas por impuestos de guerra forzados o extorsiones a favor de las bandas criminales. En perspectiva, las cifras cuantifican resultados positivos, aunque para varios sectores de la población se tiene la percepción de que estos esfuerzos aún son insuficientes y deben ser reforzados, como lo ha prometido el Gobierno. El lastre de la corrupción sobre las instituciones públicasA pesar de los logros señalados en materia de seguridad, el Gobierno de Juan Orlando Hernández se ha visto cuestionado por la oposición, ya que miles de hondureños se han movilizado como indignados en las calles para protestar contra la corrupción, demandando la instalación de una comisión internacional contra la impunidad, un efecto réplica del caso guatemalteco, donde se generó una comisión similar, la CICIG. El suceso tiene un aspecto positivo, pues muestra una activación de la sociedad civil sobre los asuntos públicos, pero a la vez confirma la alta percepción de corrupción que vive el paÃs. Ante la presión, el Gobierno solicitó a la Organización de Estados Americanos (OEA) y a las Naciones Unidas (ONU) una misión facilitadora para resolver la crisis. La petición fue formalizada a finales de junio de 2015 en Washington y Nueva York por el canciller hondureño Arturo Corrales. La misión fue presidida por el diplomático chileno John Biehl, del Departamento de Asuntos PolÃticos de la OEA, y Andrés Salazar, jefe del equipo para Centroamérica del Departamento de Asuntos PolÃticos de la ONU. Se puede catalogar que Honduras actuó correctamente, pues a pesar del riesgo de perder soberanÃa en un asunto interno como es la lucha contra la corrupción, evitó caer en el desprestigio completo de la experiencia guatemalteca. Si hubiese decidido poner una cortina sobre la situación de los diversos escándalos que aquejan al paÃs, aunque no implicasen directamente al Gobierno, la crisis podrÃa haber escalado. Tras varios encuentros entre la misión facilitadora, el gobierno y grupos de la sociedad civil, se creó la Misión de Apoyo contra la Corrupción y la Impunidad en Honduras (MACCIH). La polémica no dejó de existir, pues los grupos de oposición de indignados insinuaron que la MACCIH no tenÃa capacidad efectiva de combatir la corrupción y solo era un ente de asesoramiento y apoyo. Sin embargo, a finales de 2015 se supo que la misión escogerÃa autónomamente los casos que investigará con total independencia, lo que motivó a que la oposición resolviera darle una oportunidad. Paralelamente, entre los polémicos escándalos que causaron revuelo destaca el caso Rosenthal, en el que hondureños de supuesta alcurnia social fueron acusados por el Departamento del Tesoro de los Estados Unidos por corrupción y lavado de dinero. Se relacionaron con el tráfico de drogas a los propietarios del Banco Continental, Jaime Rosenthal Oliva, su hijo Yani y su sobrino Yankel Rosenthal, este último detenido en Miami, Florida. Además se entablaron cargos contra Andrés Acosta GarcÃa, abogado del Grupo Continental. Esta situación provocó el cierre del Banco Continental, el cual ha sido sometido a liquidación forzosa por la Comisión Nacional de Bancos y Seguros (CNBS). Ante este oscuro panorama, el presidente Hernández aclaró que los problemas con la justicia de los Estados Unidos deberán resolverse, pero que en principio ante cualquier solicitud de extradición tendrán que agotarse primero los procedimientos de justicia domésticos. Como si este tipo de situaciones negativas no fueran suficientes entre muchas otras, fueron acusados por corrupción el expresidente Rafael Leonardo Callejas (1990-1994) y el abogado Alfredo Hawit Banegas, como parte del comportamiento mafioso que envuelve a la FIFA en el mundo. Callejas, miembro confeso de una red de crimen organizado de las confederaciones deportivas regionales Concacaf y Conmebol, a las que se acusa de haber aceptado cerca de doscientos millones de dólares en presuntos sobornos para obtener derechos de transmisión y comercialización de torneos y partidos, evitó la extradición al entregarse voluntariamente a la justicia estadounidense, mientras que Hawit fue extraditado desde una prisión en Suiza hacia los Estados Unidos para responder por sobornos relacionados en el ámbito del fútbol. Reelección presidencial: ¿consolidación o riesgo?2015 abrió la puerta a un hecho trascendente para el futuro de Honduras. La Corte Suprema de Justicia dio el visto bueno a la reelección presidencial, al derogar el artÃculo constitucional 239 que la prohibÃa desde 1982. La Sala de lo Constitucional, por unanimidad de votos, falló a favor de los 15 diputados del Partido Nacional y uno de la Unificación Democrática y contaba además con el apoyo del expresidente Rafael Leonardo Callejas. La despenalización del artÃculo 239 de la Constitución de la República, que prohibÃa referirse al tema de la reelección, abrió las puertas a una polémica donde el interés coyuntural de los actores polÃticos pareciera primar sobre la lógica institucional a largo plazo. La oposición ha asegurado que la campaña para hacer inaplicable dicho artÃculo -promovida por algunos miembros de la Corte Suprema de Justicia o el expresidente Callejas, del mismo partido de Gobierno- buscaba favorecer una posible reelección del presidente Hernández e incluso del propio Callejas. Por otro lado, el cambio constitucional se presentó seis años después de que el presidente Manuel Zelaya fuera derrocado y expulsado de Honduras en junio de 2009, justamente por intentar una consulta popular para reformar la carta y permitir la reelección, en lÃnea con la tendencia de paÃses gobernados por lÃderes de izquierda en años recientes como Venezuela, Ecuador, Bolivia o Nicaragua, aunque también en el club reeleccionista se incluye al derechista Ãlvaro Uribe de Colombia. El expresidente Zelaya, principal opositor del Gobierno, afirmó que la Corte Suprema de Justicia no tenÃa las facultades para resolver el tema de la reelección y acusó al proceso de fraudulento e ilegal. No obstante, el derrocado presidente no ha confirmado ni negado una futura candidatura presidencial, lo que demuestra un doble rasero en las intenciones de criticar una reforma de este tipo según la conveniencia de quien lo mire, pero ha sugerido que tiene la intención de vencer al presidente Hernández electoralmente. Esta polémica se ha desarrollado en una era en que la polÃtica nacional ha intentado superar el predominio exclusivo del bipartidismo tradicional (Partido Nacional y Partido Liberal), y cuando Honduras ha querido desterrar definitivamente los fantasmas del tutelaje militar del pasado y un entorno sociológico autoritario. Sobre el primer aspecto, en los últimos años partidos como el PINU (Partido de Innovación y Unidad), el PUD (Partido Unificación Democrática) y el PDCH (Partido Demócrata Cristiano de Honduras), sumados a otros más recientes tras la crisis de 2009 como el Partido Libertad y Refundación (Libre), Partido Anticorrupción (PAC), Partido Alianza Patriótica (Alianza) y Frente Amplio PolÃtico Electoral en Resistencia (FAPER), han ofrecido un sistema de partidos más abierto y no institucionalizado, aunque el futuro de algunos de estos es incierto, como en los casos de FAPER y Alianza, debido a sus pobres resultados. Más allá de estos cambios, es sostenible que Honduras ha logrado estabilizarse institucionalmente tras el golpe contra Zelaya, una sombra que no deberÃa volver a repetirse. En términos generales, el paÃs, aunque sigue teniendo un desempeño democrático bajo, ha recuperado la relación entre los ciudadanos y las instituciones. Se puede hablar de una mayor eficiencia en términos de la participación de los partidos polÃticos en la rama legislativa y de un esfuerzo del Gobierno por ofrecer una rendición de cuentas de sus polÃticas. De seguir este rumbo, Honduras podrÃa alcanzar en el mediano plazo una mejora de su desempeño democrático, como lo ha venido logrando El Salvador, alejándose de los niveles preocupantes que agobian a Guatemala y a Nicaragua. En una nación que según la organización Freedom House en su informe de 2016 aún es catalogable solo como «parcialmente libre» y que el PNUD clasifica con un Ãndice de desarrollo humano medio, el segundo año del gobierno de Juan Orlando Hernández ha ofrecido algunos vientos positivos. Sin embargo, si se aceptara la tesis de que el Partido Nacional y el Gobierno de Hernández están haciendo bien las cosas y Honduras estarÃa mejorando, vale la pena preguntarse: ¿ameritan ciertas mejoras la reelección del presidente?, ¿serÃa preferible aumentar el perÃodo presidencial para dar mayor continuidad a los planes de gobierno?, ¿estarÃa diseñada esta reforma para favorecer al presidente de turno?, ¿podrÃa el Partido Nacional estar jugando con fuego al promover la reelección y llegar a ver a su archirrival, el expresidente Manuel Zelaya, reelegido en un futuro? Una respuesta tentativa sugiere que lo más lógico es trabajar para que los esfuerzos del Gobierno de Juan Orlando Hernández en materia de seguridad, sumados a mejoras en el empleo y a su discurso integrador, se consoliden en este perÃodo de gobierno y se puedan cerrar espacios a la violencia y a la corrupción. Si Hernández está pensando en el futuro y en pasar a la historia como un hombre sensato, el Partido Nacional también deberÃa apostar por la continuidad de sus polÃticas públicas, antes que a nombres especÃficos. El reto para Honduras sigue siendo poder contar con lÃderes que prefieran aspirar a ser estadistas antes que lÃderes carismáticos o irremplazables cabezas polÃticas, pero este no es un desafÃo exclusivo del paÃs, sino de buena parte de América Latina. Honduras encara con especial ahÃnco esta disyuntiva. Hacia una educación más competitivaHonduras ha venido haciendo esfuerzos por implementar un sistema educativo más eficiente. La gestión, a cargo de la SecretarÃa de Educación en manos del ministro del ramo, Marlon Escoto, se desarrolla en torno al Plan Estratégico Institucional 2014-2018. El plan está orientado a resultados y tiene un enfoque de valor público, lo que implica que la planificación educativa se orienta hacia la consecución de logros concretos que generen cambios positivos comprobables de beneficio público, esencialmente en el servicio educativo ofrecido a niños y niñas, jóvenes y adultos. El Plan Estratégico, concordante con la Ley Fundamental de Educación, el Plan de Nación y Visión de PaÃs y el Plan Educación para Todos (EFA, por sus siglas en inglés), se ha propuesto objetivos que venÃan siendo reclamados desde hacÃa varios lustros. Se implementa a través de seis áreas estratégicas concentradas en realizar mejoras en el acceso, la calidad, la eficacia, la competitividad, la gestión y la participación. Dentro de un espÃritu de buscar ofrecer una inserción adecuada al contexto global para superar el aislacionismo de décadas pasadas, Honduras se ha planteado fortalecer la enseñanza del idioma inglés. También aplicar tecnologÃas de la información y la comunicación, impartir formación técnica profesional, empresarial y ocupacional, asà como construir y mejorar la infraestructura fÃsica y pedagógica de los centros de educación técnica vocacional y profesional. En 2015 es aún precipitado evaluar todos los logros de esta polÃtica pública, pero destaca el alcance de la meta de los 200 dÃas de clases, que desde 2014 se habÃa convertido en el marco bajo el cual el Gobierno comenzó a delinear los objetivos educativos. Esto implica una mayor cobertura geográfica y temporal para miles de estudiantes a lo largo del paÃs. A partir de aquà los retos deberán apuntar a mejorar la calidad educativa, pasando por el remozamiento del 75 % de los centros educativos, invertir más recursos en textos escolares y garantizar que todos los espacios fÃsicos tengan acceso a Internet. Se espera que la gestión en diferentes etapas de más de 3000 millones de lempiras arroje frutos en los años posteriores, lo que requiere a la vez de una nueva cultura del proceso educativo que apele por igual a docentes y padres de familia. Salud para la saludAunque la SecretarÃa de Salud posee la mayor cobertura de servicios en la población, se considera que es necesario aumentar la calidad de la atención. Según datos del Foro Nacional de Derecho a la Salud se calcula que 72 % de los hondureños tienen cobertura a través de los 28 hospitales y centros de salud de todo el paÃs. El Instituto Hondureño de Seguridad Social (IHSS) cubre la mayor parte de este porcentaje, mientras que una minorÃa lo hace la empresa privada. Sin embargo, el problema radica en cómo dar atención a la población que no está asegurada y vive en lugares remotos del paÃs, esto es, entre 20 % y 30 % de los habitantes del territorio. Estos problemas se agudizan cuando se recuerda que la cobertura implica atención curativa, pero en salud es vital hablar de atención preventiva, desde la vacunación, el saneamiento ambiental o la lucha contra enfermedades. Para atender a los ocho millones de hondureños se necesitan aproximadamente 56 hospitales, el doble de los actuales, que se ubican en Tegucigalpa, San Pedro Sula, Choluteca, La Ceiba y DanlÃ,pero no tienen presencia en las áreas fronterizas y en La Mosquitia, entre otras. La SecretarÃa de Salud trabaja con modelos descentralizados de gestión, sumada al reciente esfuerzo de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH) con el programa de atención primaria en salud, enfocado en la prevención, para las zonas postergadas. Este enfoque diferencial se ha hecho necesario pues, por ejemplo, en Honduras existen más de 80 comunidades que tienen modelos descentralizados de gestión, donde la comunidad organizada recibe el presupuesto, contrata el personal, compra los medicamentos e insumos, además de promover la atención primaria en salud. Para concretar estos cambios el Gobierno de Juan Orlando Hernández ha tenido que ceder a mejorar las condiciones laborales de los empleados públicos del sector, por lo cual determinó otorgarles un aumento salarial de 1800 lempiras. Por ello, a partir de 2015 se ha logrado que ningún servidor de la salud gane menos de 7300 lempiras. Además se anunció que la proyección en recaudaciones permitirá que más hondureños reciban este beneficio, pero el presidente solicitó paciencia en estas decisiones porque se debe evaluar el impacto a largo plazo. Este mensaje fue dirigido a los empleados del Registro Nacional de las Personas (RNP), la Dirección Ejecutiva de Ingresos (DEI) y la Empresa Nacional de Artes Gráficas que también se sumaron a las peticiones. Género y violenciaEn Honduras la situación que envuelve a las mujeres es tradicionalmente difÃcil en la mayorÃa de aspectos, pues es un paÃs que excluye en los niveles culturales, laborales y simbólicos, lo cual se refleja en una alta violencia. Iniciativas como el programa GEDEON de la Asociación para una Sociedad más Justa (ASJ), han venido promoviendo una discusión pública de estos temas, comentando que el primer paso para combatir especialmente la violencia contra la mujer y la infancia es romper el silencio y hablar de ella. Justamente uno de los mensajes importantes en este sentido es explicar que la violencia se sostiene porque hay mucho silencio o porque no se aborda en ningún ámbito, sea familiar, escolar, laboral o en el interior de los grupos religiosos. La posición de la ASJ plantea que la violencia es una conducta aprendida y, por lo tanto, se puede desaprender. Un ejemplo es la cultura del machismo, aún imperante en Honduras y en el resto de Latinoamérica, para cuya ruptura es necesario influir en los hombres y exigir el cumplimiento de la legislación existente contra la violencia, la proveniente de tratados internacionales, asà como promover una sociedad más justa y con equidad de género en las instituciones educativas y los medios de comunicación. Honduras es uno de los paÃses con mayor estructura patriarcal convencional, pero en la cual paradójicamente ante los niveles de violencia son las mujeres las que deben sacar adelante sus hogares o ser vÃctimas de los femicidios o la violencia sexual. Uno de los mayores aportes a esta temática apareció en mayo de 2015 con el informe Violencia y seguridad ciudadana. Una mirada desde la perspectiva de género, un trabajo conjunto del Proyecto de Convivencia y Seguridad Ciudadana, impulsado por el PNUD y ONU Mujeres y apoyado financieramente por la agencia de cooperación de los Estados Unidos USAID, con el soporte de las Corporaciones Municipales y las Oficinas Municipales de la Mujer (OMM). El estudio ratifica que Honduras es uno de los paÃses de la región latinoamericana más afectado por la criminalidad y la violencia. Por eso sus desafÃos en seguridad ciudadana son grandes, el principal de los cuales es revertir las relaciones de poder que históricamente han sido desiguales para hombres y mujeres, mediante la construcción social de polÃticas públicas que tomen en cuenta este hecho y consideren a las mujeres en su formulación. El diagnóstico visualiza la violencia de género como un asunto de seguridad ciudadana, y estudia y desarrolla un abordaje diferenciado entre hombres y mujeres dentro de un marco territorial que abarca los municipios de San Pedro Sula, Tela, La Ceiba, Choloma y Distrito Central, los mismos en los que tuvo intervención el proyecto de Convivencia y Seguridad Ciudadana. Organizaciones y redes de mujeres feministas formaron parte del proceso de investigación. Significativamente, desde que el femicidio fue tipificado como delito en el Código Penal (2013), entendido como la «muerte a una mujer por razones de género, con odio y desprecio por su condición de mujer», no hay ingresos por este delito en los juzgados penales o en los tribunales de sentencia. El informe señala que se siguen registrando los casos como parricidio, homicidio o asesinato de mujeres, lo cual da cuenta de la necesidad de sensibilizar y formar a la ciudadanÃa y al personal de los sectores salud, justicia y al Ministerio Público sobre las especificidades del femicidio, para que se le pueda identificar, denunciar, investigar, judicializar y sancionar como tal. Durante los diez años investigados que se reproducen (2005-2014), las autoridades públicas reportaron una cifra acumulada de 4018 muertes violentas de niñas, mujeres y femicidios, ocurridos a un ritmo ascendente que bajó por primera vez en 2014, cuando se registraron 531 casos, 105 menos que el año previo. Esto significa que el problema creció en un 263 % desde el año 2005, cuando se registraron 175 decesos, y el año más crÃtico fue 2013, con 636 casos. La tarea para acabar con esta lamentable realidad está por hacerse. En busca de prosperidad económicaUno de los diagnósticos recurrentes respecto a Honduras es su potencial. Recordemos que el paÃs se encuentra ubicado en la parte más ancha del istmo centroamericano, con una valiosa variedad de diversidad natural y geográfica, y tiene comunicación con el Atlántico a través de una amplia costa y con el PacÃfico por medio del Golfo de Fonseca. ¿Cómo se explica entonces que en los últimos años, según datos del Banco Mundial, Honduras mantenga el promedio de pobreza extrema más alto de la región centroamericana, con una tasa de 19,6 % de su población, seguido por el 15,5 % en Guatemala, paÃs que tiene casi el doble de habitantes? Según el Banco Mundial, la pobreza en Honduras apenas ha cambiado desde 1998, a pesar del crecimiento económico positivo de alrededor de 3 % anual en términos reales. Si bien el PIB per cápita se ha mantenido estancado en 0,3 % anual, esto explica solo parcialmente la falta de progreso en los indicadores de la pobreza, que aún amenaza a cerca del 60 % de la población. También existe la percepción de que el empleo ha aumentado pero es inestable o transitorio. ¿Qué se puede hacer para contrarrestar esta situación? Una salida ha sido buscar la prosperidad económica, aprovechando la condonación de deuda obtenida por Honduras gracias a la iniciativa PaÃs Pobre Altamente Endeudado (HIPC), esperando destinar los recursos liberados a la implementación del programa Estrategia para la Reducción de la Pobreza (ERP). En ese sentido, una alianza importante ha sido el Triángulo Norte de Centroamérica, en el que Honduras junto con Guatemala y El Salvador vienen perfilando una ruta de desarrollo. Por ello el presidente Juan Orlando Hernández y sus homólogos se reunieron en Guatemala con el vicepresidente de Estados Unidos, Joseph Biden, para explicarle los alcances del Plan Alianza para la Prosperidad del Triángulo Norte (PAP), impulsado con apoyo de ese paÃs y del Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Este tipo de alianza destaca por apartarse de la orientación polÃtica que prima en la vecina Nicaragua bajo el Gobierno de Daniel Ortega, insistentemente orientado a la izquierda populista y afectado por la disminución de recursos provenientes de Venezuela. Hernández anunció asà la aprobación de una partida de 750 millones de dólares para el fortalecimiento institucional del Triángulo Norte de Centroamérica. Entre las medidas internas, en Honduras las reformas fiscales, las asociaciones público-privadas y la caÃda del precio del petróleo internacional, entre otros factores, han generado un marco posible para corregir su endeble economÃa. En primer lugar, Centroamérica está favorecida por la coyuntura internacional, pues accede a mejores precios del petróleo y busca mayor crecimiento en sus actividades. Por otro lado, Estados Unidos aún marca un factor de dinamismo en términos económicos, que permite a Honduras beneficiarse de las remesas que han venido aumentando y afectando positivamente la balanza comercial. Al margen de esta coyuntura, el paÃs se ha propuesto la meta de sostener la estabilidad macroeconómica y el crecimiento, para al mismo tiempo promover mejoras en la calidad de la educación y la productividad laboral. Desde la infraestructura el Gobierno de Juan Orlando Hernández viene prestando atención a varios aspectos, como son la atención en carreteras y el transporte aéreo. Por ejemplo, para mejorar la capacidad de exportación del paÃs, se ha planteado la renovación del importante puerto regional de Puerto Cortés, además de fortalecer la carretera CA-5 que conecta con Centroamérica, cuidar el corredor al PacÃfico, su ventana agrÃcola y su conexión hacia Guatemala. En estos proyectos el capital privado y externo serán necesarios para complementar las partidas nacionales. Igualmente, se ha proyectado la apertura del aeropuerto de Palmerola para el año 2018, que contribuirá a la renovación de la conexión aérea del paÃs. Se puede concluir que justamente solo una mejorÃa en la perspectiva económica permitirá afianzar la estabilidad gubernamental que perfila la administración de Juan Orlando Hernández como su legado. Si estos proyectos tienen impacto en la ciudadanÃa y se combinan con resultados continuos en materia de seguridad, educación y salud, podremos hablar en un mediano plazo de un paÃs con una democracia prometedora. De lo contrario, nos resignaremos a que Honduras siga esperando su oportunidad. |
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