IDD-Lat 2009

Venezuela

El comportamiento de la economía nuevamente explica este año, como se manifiesta en la serie, que Venezuela haya seguido mejorando su puntaje en desarrollo democrático, aunque sigue estando entre los países con peor desempeño. Ocupa el 13º lugar de la tabla. El incremento de la puntuación de los indicadores de la Dimensión Ejercicio de Poder Efectivo para gobernar. El resto de las dimensiones se ha retraído levemente.

· En la Dimensión Respeto de los Derechos Políticos y las Libertades Civiles, el valor es más bajo que el del 2008 por el movimiento descendente que tuvieron los indicadores de inseguridad y de Género. El resto de los indicadores se mantuvo estable. Sigue ocupando el último lugar del ranking y este año obtuvo el peor valor de la serie.

· En la Dimensión III tiene el mismo comportamiento, porque empeora fuertemente el valor de Percepción de la Corrupción y el de Accountability, aunque mejoran con parecida intensidad los indicadores de Participación de los Partidos Políticos en el Poder Legislativo y el indicador de Desestabilización. Debido a que el resto de los indicadores se mantuvo sin variaciones, no logra compensar las subas con las bajas. Venezuela está en el 17º lugar de la tabla, perdiendo dos lugares con respecto al 2008.

· El país, como se ha dicho, logra mejores resultados en la Subdimensión Capacidad para Generar Políticas que Aseguren Eficiencia Económica, al obtener subas en casi todos los indicadores. El puntaje final de la Subdimensión es el mejor de la serie y el segundo mejor de la tabla, a continuación de México. Logra ubicarse por encima del promedio regional, gracias a los comportamientos del PIB per cápita, Brecha de Ingreso, Endeudamiento y especialmente de la Inversión. Sólo decrece en el Indice de Libertad Económica.

· El Subíndice social presenta también un mejor desempeño con respecto al año anterior, debido a las mejores puntuaciones en Mortalidad Infantil, Desempleo y Matriculación Secundaria. El resto de los indicadores se mantuvo estable. En el ranking social alcanza el 9º lugar, subiendo tres escalones con respecto al 2008, aunque aún está por debajo del promedio regional.

Memoria Democrática 2008

El presidente Chávez reunió el primer gabinete de ministros del año y estableció las prioridades señalando que el Gobierno debía atender las áreas de educación, salud, lucha contra la corrupción, abastecimiento de alimentos y la inseguridad, así como buscar la fórmula para consolidar su proyecto político revolucionario. Lamentó nuevamente el resultado del referéndum popular sobre la reforma de la Constitución, celebrado en diciembre de 2007, en el que la población había rechazado el proyecto.

El Gobierno disponía de los últimos seis meses del total de 18 meses, de poderes legislativos excepcionales, que le habían permitido sancionar casi medio centenar de leyes, entre ellas las que nacionalizaban empresas de los sectores eléctrico, telefónico, siderúrgico y cementero. Chávez aprovechó de estos poderes para promulgar la polémica Ley de Inteligencia, denominada "Ley sapo" por sus detractores, la cual derogó horas después, admitiendo que obligaba a la delación y contenía otros "errores y excesos". El 31 de julio, al finalizar los poderes especiales, Chávez promulgó un paquete de 29 leyes.

Al presentar en enero de 2009 un informe de su gestión con apuntes sobre lo hecho en una década, Chávez mostró cifras que hacen diferencia: cuando asumió el crudo se exportaba a ocho dólares por barril y en el 2008 se vendió a más de 80. Las reservas internacionales pasaron de 15.000 a 43.000 millones de dólares, y el producto interno bruto, después del bajón asociado a la crisis política de 2002 y 2003, subió de manera continua durante 20 trimestres. El mandatario recordó que con la "revolución agraria" se recuperaron más de dos millones de hectáreas de manos de latifundistas, y en la década el desempleo abierto bajó de 15 a 7%, y los hogares pobres de 44 a 29%. "El índice de Gini pasó de 0,49 a 0,42, mejor que el de otros países de la región", dijo el presidente. En cuanto a las misiones sociales, los números de Chávez daban cuenta de 1,6 millones de alfabetizados, un millón de adultos que acudieron a cursar la enseñanza primaria y medio millón la secundaria, en tanto los estudiantes de educación superior pasaron de 27 a 78 por cada 1.000 habitantes.

Pero economistas como José Guerra, ex director de estudios económicos del Banco Central, pincharon el globo de las cifras que exhibía el gobierno: "Chávez ha dispuesto de recursos superiores a 800.000 millones de dólares. En 10 años ha tenido más dinero que un siglo de gobiernos precedentes. Son recursos enormes para un país de 27 millones de habitantes, con los que se han podido encarar y resolver problemas estructurales, pero eso no se ha hecho".

Chávez ordenó la suspensión del país de una delegación del grupo de defensa de los derechos humanos Human Rights Watch, luego de que esa organización lo criticó por erosionar la democracia en sus casi 10 años en el poder. Human Rights Watch (HRW) es un grupo independiente pero Chávez dijo que colaboraba con el Gobierno de George W. Bush en una campaña para derrocarlo.

El director para América de HRW, José Miguel Vivanco, dijo que el Tribunal Supremo de Venezuela estaba parcializado por el Gobierno. Afirmó que en el país no existía separación de poderes y apuntó en particular a los 12 magistrados electos en el 2004 por mayoría simple del Parlamento, que ampliaron las plazas de 20 a 32. HRW consideró que el rol de esos jueces era decisivo para favorecer al Gobierno.

Existían varios escenarios políticos abiertos como consecuencia de las elecciones celebradas el 23 de noviembre de 2007. Una lectura preliminar daba a entender que los principales actores del panorama político nacional, siendo estos el presidente Hugo Chávez y su Partido Socialista Unificado de Venezuela (PSUV), y la oposición política, ahora aparentemente cohesionada en la plataforma unitaria Unidad Por Venezuela (UPV), se habían adjudicado, cada uno desde una perspectiva diferente, sendos triunfos electorales y políticos.

La alta participación electoral, superior al 65% un dato inédito en esos comicios, explicaba también el decisivo momento político y electoral. Del mismo modo, el inmediato y mutuo reconocimiento de triunfos electorales, tanto por parte de Chávez como de la oposición, permitió rebajar el clima de tensión.

De las 22 gobernaciones en juego, el oficialismo se impuso en 17 de ellas. Con ello, el chavismo lograba un inobjetable y abrumador triunfo. Una radiografía sociopolítica del voto del PSUV muestra que, salvo el petrolero estado oriental de Anzoátegui, el minero y siderúrgico estado sureño de Bolívar y la turística y occidental Mérida, los demás estados en los que obtuvo la victoria son regiones con alto contenido de actividad agropecuaria, con variados problemas de infraestructura, un cuadro social y económico básicamente signado por notables cuotas de pobreza y desempleo, muy necesitados del gasto público del gobierno central. Estos resultados ilustran cómo, a grandes rasgos, el “chavismo” logró conservar una abrumadora mayoría de gobernaciones, tomando en consideración que en las elecciones municipales de 2004 ganó 20 de las 22 gobernaciones en juego. En aquel momento, el chavismo no contaba con el concurso de un partido único, sino que estaba inmerso en una vasta plataforma de partidos diseñados a partir de 1998 bajo el nombre de Polo Patriótico, entre los que se destacaban el Movimiento Quinta República (MVR, partido original creado por Chávez en 1997), el partido PODEMOS (escisión del Movimiento al Socialismo, MAS), Patria Para Todos (escisión de La Causa R), y el histórico Partido Comunista de Venezuela (PCV), entre muchos otros.

Durante el 2008 fueron frecuentes las disputas verbales y políticas entre el Patria Para Todos y el Partido Comunista de Venezuela con Chávez, hasta el punto de materializarse su ruptura definitiva. El PPT, como “ala disidente” del chavismo fue el gran derrotado.

La radiografía electoral de 2008 explicó cómo el PSUV se estaba convirtiendo en la gran maquinaria política y electoral a nivel nacional, con pretensiones hegemónicas dentro del escenario político venezolano y con el objetivo central de convertirse en el verdadero motor del proceso revolucionario “socialista y bolivariano” impulsado por Chávez.

Con una popularidad superior al 50%, Chávez conservaba fuertes factores de poder en sus manos. Esta perspectiva ofrecía inciertos escenarios a corto plazo en el caso de que, hipotéticamente, fuera necesario designar un candidato sustituto de Chávez para las elecciones presidenciales de 2012. En ese caso, Chávez ya anunció que no solicitará ninguna reforma constitucional para poder presentarse a otra reelección, aunque dejó abierta la posibilidad para que el PSUV realice la recolección de firmas (se necesita un quinto de los siete millones de votos alcanzados por Chávez en el 2006) para dar curso a la consulta popular sobre la reelección indefinida. Puede que en esta coyuntura asciendan personajes como Jorge Rodríguez (43 años), electo alcalde del Municipio Libertador de Caracas. Rodríguez es además organizador del comando táctico nacional del PSUV. Anteriormente, fue presidente del Consejo Nacional Electoral y vicepresidente de la República.

En cuanto al escenario de la oposición política, ese espacio incluía a una variopinta composición de partidos, entre los que destacaban Un Nuevo Tiempo (UNT), liderado por Manuel Rosales, rival presidencial de Chávez en el 2006, ex gobernador del Zulia y ahora recién electo alcalde de Maracaibo; Primero Justicia (PJ); Alianza al Bravo Pueblo (ABP); Proyecto Venezuela (PV); Acción Democrática (AD); Movimiento Social Cristiano COPEI; PODEMOS (disidente del chavismo), entre otros tantos partidos.

La inesperada victoria del arco opositor reunido en la Unión por Venezuela (UPV) en cinco estados, los centrales Carabobo y Miranda, los occidentales Táchira y Zulia, el oriental Nueva Esparta y la Alcaldía Mayor del Distrito Capital, mutando el perfil político de cuatro de los cinco municipios de Caracas, permitía intuir que una incipiente “nueva oposición”, donde destacaban liderazgos sumamente jóvenes, estaba surgiendo como alternativa política, impulsada ahora tanto por estos resultados electorales como por su victoria al rechazar el proyecto de reforma constitucional impulsado por Chávez en diciembre de 2007.

Los estados del tiempo opositor forman parte del denominado “corredor electoral del país”, conformado por ocho estados incluyendo la alcaldía metropolitana de Caracas, que concentra el 60% de la población venezolana. En este “corredor electoral”, Chávez perdió por mayoría. La radiografía sociopolítica del voto opositor daba cuenta del siguiente mapa: los cinco estados bajo su dominio controlaban el 44% de la población venezolana, es decir alrededor de 12 millones de personas. El estado de Zulia aporta el 40% de la producción petrolera venezolana, así como un fuerte componente agropecuario. Por su parte, Miranda y Carabobo son estados con gran capacidad industrial, peso político y demográfico y fuertes comunicaciones con el interior y el exterior del país. Tanto en estos estados como en la capital Caracas, resultó decisivo el voto de la clase media hacia la oposición y el “voto castigo” de las clases populares chavistas contra determinados candidatos del oficialismo.

Por su parte, Nueva Esparta es un estado básicamente turístico, mientras el occidental Táchira es vital por su cercanía geográfica con la frontera colombiana, especialmente en materia de comercio transfronterizo, relaciones bilaterales y problemas de inseguridad ciudadana y secuestros.

Un caso aparte debe analizarse en la capital Caracas, cuyo perfil político se había modificado radicalmente con respecto a las elecciones de 2004. La oposición pasaba a controlar la Alcaldía Mayor con Antonio Ledezma (ABP), así como los municipios de clase media y alta de Baruta y El Hatillo. En el Municipio Chacao ganó un independiente con posibles conexiones opositoras.

Se pueden intuir dos bloques dentro de la plataforma unitaria de la oposición: dos partidos hegemónicos “localistas”, UNT con Rosales en el Zulia y PV con Salas Feo en Carabobo; y dos partidos “en ascenso” a nivel nacional, impulsados desde Caracas, como son los casos de PJ con Capriles Radonsky, Ocariz y Leopoldo López y con Antonio Ledezma (ABP) como posible líder de esta plataforma.

Sin compromisos electorales para el 2009, el cronograma electoral venezolano presenta tres citas a mediano plazo: las elecciones legislativas para la Asamblea Nacional del Poder Popular, previstas para diciembre de 2010; las elecciones municipales, probablemente a celebrarse en octubre de 2012; y los comicios presidenciales de diciembre de 2012.

Políticamente el año concluyó con Chávez pidiéndoles a sus partidarios que impulsaran una enmienda constitucional para instaurar la reelección presidencial ilimitada.

En materia de política exterior, en enero, Chávez pidió excluir a las FARC de la lista de terroristas de la Unión Europea y de Estados Unidos. Tal medida no recibió acogimiento en Colombia, Estados Unidos, Unión Europea, Ecuador o Argentina. Posteriormente propuso considerar como fuerza beligerante a las FARC y aplicarle los Protocolos de Ginebra. Algunos medios señalaban este hecho como un nuevo apoyo de Chávez a las FARC para expandir su ideología Bolivariana y como un chantaje de las FARC para conseguir el reconocimiento de beligerancia, el que permitiría que otros países comenzaran relaciones diplomáticas con un gobierno alterno en Colombia, influenciado por Chávez y liderado por las FARC, además de brindarles asilo político y apoyo militar y económico.

El 25 de enero, Chávez acusó al Gobierno de Colombia de estar fraguando “una conspiración, una provocación bélica contra Venezuela, por orden de Estados Unidos, para obligarnos a dar una respuesta que pudiera prender una guerra”. Días antes catalogó al Presidente Álvaro Uribe Vélez, de “cobarde, mentiroso, cizañero y maniobrero” rematando con que un “hombre así no merece ser presidente de nada, menos de un país”. Al mismo tiempo Chávez ordenó reforzar militarmente la frontera con Colombia.

El 4 de febrero, Chávez realizó declaraciones polémicas al decir que Venezuela limitaba “en buena parte del oeste y suroeste no con el Estado colombiano, sino con las FARC".

El 1 de marzo, las fuerzas armadas colombianas bombardearon un campamento de las FARC sobre suelo ecuatoriano, y el presidente venezolano condenó la violación de la soberanía del Ecuador, diciendo que el gobierno colombiano debía abstenerse de hacer lo mismo en suelo venezolano porque “se encontrará con una guerra”.

El 2 de marzo, ordenó al Ministro de Defensa el envío de 10 batallones de tanques hacia la frontera con Colombia y solicitó al Canciller el retiro de todo el personal de la embajada en Bogotá, y el cierre de la misma de “forma inmediata”. Las relaciones comenzaron a normalizarse en julio cuando los dos mandatarios se encontraron en República Dominicana, durante la Cumbre de Santo Domingo. Chávez dijo que su enemistad con Uribe se produjo por el hecho de que no lo llamó al momento de terminar la mediación, pero aseguró que era momento de pasar la página y restablecer las relaciones.

El 25 de julio, Chávez hizo una visita a España tras su gira europea, donde se entrevistó con el Rey don Juan Carlos I y el presidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero. El encuentro con el Rey fue cordial y se disculpó, llegando éste último a regalarle una camiseta con la famosa frase ¿por qué no te callas? dando por zanjadas las desavenencias, que habían surgido en la Cumbre Iberoamericana.

Más aún, Chávez ofreció a España una colaboración mediante el intercambio de petróleo por un fondo de alimentos y tecnología, similar al que ya mantenía con Portugal.

El 11 de septiembre, Chávez expulsó al embajador de Estados Unidos en Venezuela, Patrick Duddy, en señal de solidaridad con Evo Morales, que tomó una decisión similar al expulsar al embajador estadounidense de Bolivia. En respuesta, el gobierno de los Estados Unidos expulsó al embajador de Bolivia y de Venezuela de su país.

La inversión en el área social, durante el año 2008, significó un 18,6% del PIB, cuando en otros años fue superior al 21%. Los recursos para las llamadas misiones y otros proyectos especiales tuvieron participación en el gasto del 2008 de un 57,1%, en descenso desde el año 2004, cuando habían alcanzado un 61,4%.

Aunque en los últimos cuatro meses del 2008, el gobierno comenzó a sentir las dificultades de un menor ingreso por la baja de los precios del crudo, durante gran parte del año había recibido más recursos, porque el barril había superado los 100 dólares. Sin embargo, el gasto público total al final fue inferior al de años previos.

La economía venezolana experimentó una desaceleración, registrando una tasa de crecimiento calculada en un 4,9%, en comparación con un 8,4% en 2007.
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