IDD-Lat 2009

Uruguay

Uruguay es uno de los países de la Región que ha mejorado su índice con respecto al 2008, en más del 6%, aunque sigue manteniendo su 3º lugar en el Ránking, detrás de Costa Rica y Chile. Desde que se calcula el Indice de Desarrollo Democrático, Uruguay siempre se ha ubicado en lo alto de la tabla. El crecimiento en la puntuación final del índice es producto de incrementos en casi todas las dimensiones, salvo la subdimensión económica.

· El valor obtenido en Respeto de los Derechos Políticos y Civiles ha subido levemente a pesar de un retroceso en Inseguridad y Género. Los valores del resto de los indicadores se mantuvieron estables en los altos niveles que alcanzan. Ocupa el 3º lugar del ranking, perdiendo un lugar de la tabla. El valor de la dimensión está por encima del promedio regional.

· Lo mismo sucede con la Dimensión III, y este año alcanza el mejor valor de la serie desde 2002 a la fecha y se ubica en el primer lugar del ránking regional. Es producto de una mejor puntuación en Accountability y la estabilidad del resto de los indicadores en valores muy altos de ponderación.

· Con respecto a la Dimensión Ejercicio de Poder Efectivo para Gobernar, baja el subíndice económico, siendo el valor más bajo de la serie. Esto debido al peor comportamiento de los indicadores Brecha de Ingreso, e Inversión. El resto de los indicadores se incrementaron, especialmente el PIB per cápita.

· El valor del subíndice Social vuelve a colocar a Uruguay en el 5º lugar del ránking. Su puntuación está por encima del promedio regional. Las variables que motorizan el crecimiento de la subdimensión son las de mortalidad infantil, desempleo y hogares bajo la línea de la pobreza. El resto de los indicadores se mantiene estable, salvo el de matriculación secundaria que desciende levemente.

Memoria Democrática 2008

Comenzó el 2008 con la celebración del 37 aniversario de la coalición gubernamental Frente Amplio, en medio de una profunda crisis. Un escándalo de corrupción que afectaba al ministro de Economía Danilo Astori y el anuncio del presidente Tabaré Vázquez y del vicepresidente Rodolfo Nin Novoa de que no concurrirían a las elecciones de 2009 desató una pelea interna en la coalición. Tabaré Vázquez zanjó el 24 de enero, de forma tajante y por segunda vez, la posibilidad de concurrir a la reelección tras una reforma constitucional: "no hay ni habrá marcha atrás...no puedo, ni debo sumir al país en una discusión que lo partiría al medio y podría generar inestabilidades; aún hay algunas inestabilidades con las que este gobierno ha luchado y las estamos venciendo, pero yo no puedo incorporar una nueva; sería una actitud irreflexiva".

Por su parte, Nin Noboa, quedó afectado por las denuncias contra su hermano Gonzalo Nin por presunto tráfico de influencias, lo que provocó que también el vicepresidente renunciara a presentar su candidatura.

Eliminados el presidente y su vice se perfilaban las dos personalidades más fuertes en el gobierno como posibles candidatos presidenciales: el ministro de Agricultura y Gandería, José Mujica, un viejo dirigente de la guerrilla de los tupamaros y Danilo Astori, ministro de Economía, vinculado a los sectores moderados de la coalición. Pero además de la pugna interna por la candidatura presidencial el gobierno se encontraba tensionado por un escándalo económico. Los ex directores de Casinos del Estado, Juan Carlos Bengoa y de Loterías y Quinielas, Orestes González estaban procesados por los delitos de colusión, conjunción del interés público con el privado y fraude. Los dos fueron expulsados del Frente Amplio en abril del 2008 cuando se reunió el Plenario Nacional. Ante esta situación el FA no promovió ninguna celebración por su 37 aniversario y el presidente del Frente Amplio Jorge Brovetto dio un breve discurso en el que dijo que el Frente Amplio "asume una responsabilidad histórica con reformas que el gobierno procesa para generar riqueza, teniendo presente que los más infelices sean los mas privilegiados". Además hizo un llamamiento a la unidad y aseguró que en el FA "estamos confiados en el presente y orgullosos del pasado".

La remodelación del gobierno uruguayo en febrero, supuso el pistoletazo de salida para la pugna entre José Mujica y Danilo Astori por conseguir la nominación presidencial. Tabaré Vázquez anunció los nombres de los nuevos seis ministros de su gabinete. La razón por la cual Mujica salió del gabinete y Astori no, fue debido al escándalo conocido como "caso Bengoa", que afectaba al ministro de Economía. Astori debía comparecer en el Congreso para dar explicaciones sobre su implicación en este caso. Vázquez buscaba mostrar su apoyo al ministro y no producir una salida del gobierno cuando estaba cuestionado.

Los cambios involucraron a seis de las trece secretarías de Estado y sus respectivas subsecretarías, tres directorios de entes públicos y una embajada, así como una serie de reacomodos y desplazamientos a nivel de bancas en el Parlamento. Tabaré Vázquez aseguró que los cambios "no responden a una crisis política ni a disconformidad por parte del presidente por la actuación de los señores ministros" sino a que los tiempos cambian y "el sistema político uruguayo está transitando una nueva etapa electoral". Por esta coyuntura, Vázquez dijo que "debemos cambiar la línea estratégica".

Tabaré Vázquez trató de mantener los equilibrios internos entre las diferentes tendencias de la coalición del Frente Amplio. Astori representaba a los sectores más moderados de la coalición y fue junto con Mujica uno de los pilares del gobierno impulsando políticas de ortodoxia económica. Mujica encarnaba a sectores más a la izquierda en el Frente Amplio.

Entre los cambios, se destacó el del entonces secretario de la Presidencia, Gonzalo Fernández, que sustituyó a Reinaldo Gargajo, como ministro de Relaciones Exteriores, quien regresó a la Cámara de Senadores. El presidente de la empresa estatal de combustibles ANCAP, Daniel Martínez, era el nuevo ministro de Industria, Energía y Minería, en lugar de Jorge Lepra, designado como el nuevo embajador de Uruguay en Francia. Ernesto Hagáis sustituyó a José Mujica, que también ocuparía una banca en el Senado para la que fue electo en los comicios de 2004.

Varios miles de trabajadores y funcionarios de empresas privadas y públicas, y de servicios estatales como la sanidad, la educación o correos marcharon y celebraron un mitin ante el Ministerio de Economía y Finanzas. Los trabajadores del transporte público se adhirieron al paro, pero mantuvieron todos sus servicios. Las principales reivindicaciones de los trabajadores se centraban en conseguir una "mejor distribución de la riqueza" y el aumento de las jubilaciones y pensiones. Tuvo lugar también la primera huelga general, aunque parcial convocada por la principal central obrera ese año y la sexta desde que el Frente Amplio ocupaba el Gobierno, desde el 1 de marzo de 2005.

La Asamblea General del Congreso uruguayo declaró inconstitucional en febrero la Ley de Caducidad, que había amnistiado a muchos de los militares y policías acusados de violaciones a los derechos humanos, durante el régimen militar de 1973-1985. Sin embargo el voto no anulaba la ley, ya que era la Corte Suprema la que debía decidir sobre la constitucionalidad de la medida. Los legisladores del Frente Amplio votaron a favor de la inconstitucionalidad de la ley. En tanto la oposición se negó a participar del proceso. Tanto el partido Colorado como el Blanco (Partido Nacional) -que aprobaron la Ley de Caducidad en 1985- rehusaron votar, por lo que la medida fue aprobada por los 69 legisladores oficialistas.

Aunque Vázquez había asegurado que no se postularía, no cesaban los rumores de su posible reelección. Militantes del Frente Amplio pintaron muros en la capital y pusieron pancartas promoviendo la reelección del mandatario en las elecciones de 2009. La idea era sorprender al gobernante con la ciudad "empapelada" de afiches a su regreso al país luego de una gira por Israel, Suiza y Corea del Sur. Si bien se vieron manifestaciones de apoyo, la campaña no alcanzó una gran adhesión. En ese entonces el gobernante uruguayo gozaba de un nivel de popularidad del 59%. Éste era un índice alto si se considera que estaba en el período final de su gestión, y que al comienzo de su mandato en 2005 alcanzaba el 69%.

El 11 de noviembre el Parlamento aprobó la Ley de Salud Sexual y Reproductiva, que incluía la despenalización del aborto. La medida fue respaldada por la mayoría de los legisladores de la coalición de gobierno Frente Amplio, integrada, entre otros sectores, por el Partido Socialista, al que Vázquez pertenecía desde 1983. El mandatario vetó la ley pocos días después por entender que la práctica atentaba contra la vida. El proyecto volvió entonces a la Asamblea General del Poder Legislativo. A pesar de que los legisladores socialistas y la mayoría de los frenteamplistas votaron a favor de levantar el veto presidencial, no se lograron reunir los votos suficientes para que la ley fuera aprobada.

Al mismo tiempo, en el Partido Nacional surgía la candidatura del ex presidente Alberto Lacalle y la aparición de una competencia reñida con Jorge Larrañaga. En el Partido Colorado la primacía de Bordaberry y el surgimiento de las candidaturas de José Amorín y de Luis Hierro. La proclamación de Pablo Mieres como candidato del Partido Independiente y el surgimiento de una izquierda, a la izquierda del Frente Amplio, con un nuevo grupo denominado Asamblea Popular, cuya estructura central era el movimiento 26 de Marzo.

2008 fue también un año de reformas. En primer lugar el año de la Reforma de la Salud, particularmente la puesta en marcha real del Sistema Nacional Integrado de Salud, que tuvo una primera parte con la creación de ASSE (Administración de los Seguros de Salud del Estado) ya como un organismo aparte, como un servicio centralizado desprendido del Ministerio de Salud Pública y una segunda parte que fue el armado del Fondo Nacional de Salud, que comenzó a implementarse el 1º de enero y culminó con la incorporación de algunos otros organismos al Fonasa. La Reforma de la salud, al culminar el 2008, recibió una muy alta aprobación de la opinión pública, puede considerarse que fue una de las reformas exitosas, en términos políticos, y en términos de ciudadanía.

Luego, la Reforma Tributaria que realmente fue de 2007, pero que en 2008 tuvo dos grandes hitos: en primer lugar, lo que fue el primer triunfo opositor contra el gobierno; la primera vez que la oposición logró por sí misma un gran triunfo sobre el gobierno, ya que por medio de acciones judiciales terminó obligando al gobierno a derogar el Impuesto a la Renta de las Personas Físicas (IRPF) para los pasivos. Y luego, ya pasado mediados de año, las presiones internas que sufrió el oficialismo para que se eliminara del IRPF a una cantidad muy importante de contribuyentes, al subirse una vez y media, más o menos, la primera franja, dejando fuera del impuesto a una cantidad de asalariados, que estaban tributando.

Fue el año también de la reforma educativa. La aprobación de la Ley de Educación, polémica, con disidencias dentro del Frente Amplio, pero que esencialmente reordenaba la estructura de la enseñanza y modificaba los organismos de conducción de la educación.

Por último, fue el año de la reforma del Estado, y el año en que se buscó aprobar la Ley de Descentralización para crear un tercer nivel de gobierno, un tipo de gobierno local restringido sólo a determinado tipo de poblaciones, que tendrían un órgano conductor diferente al del gobierno departamental, con un alcalde electivo a su frente.

El conflicto más tenso que, en términos diplomáticos, afrontó este gobierno con Argentina, fue la continuidad del diferendo por las plantas de celulosa. Argentina acusaba a Uruguay de haber violado el Tratado del Río Uruguay, río compartido por ambos países. Mientras tanto, Uruguay acusaba al país vecino de la ilegalidad de los cortes de ruta, que los habitantes de Gualeguaychú llevaban a cabo ininterrumpidamente en la frontera binacional desde diciembre del 2006. Ambos conflictos deberán resolverse en el Tribunal de La Haya. La relación entre Néstor Kirchner y Tabaré Vázquez fue empeorando progresivamente a medida que pasaba el tiempo. Al asumir Cristina Fernández como presidente de la Argentina le dedicó duras palabras al mandatario uruguayo, pero le aseguró sus deseos de terminar con ese diferendo y de no querer agravar más el problema. Una semana después, en Montevideo, el presidente uruguayo le pasó la presidencia pro témpore del MERCOSUR a la mandataria y le dijo que "ningún argentino era extranjero en el Uruguay", lo que se vio como un gesto de tregua y una confirmación de que el gobierno uruguayo tampoco iría a agravar más el problema. No obstante, el diferendo no se solucionó. En septiembre del 2008, el presidente Vázquez decidió hacer pública su intención de votar negativamente a la posibilidad de que Néstor Kirchner asumiese como Secretario General de la Unasur, contando con el apoyo del oficialismo y la oposición uruguaya. Como era de prever, esto generó rispideces entre ambos gobiernos.

En materia económica, el año 2008 fue de excepcional crecimiento, alcanzando el 8.9 del PBI, aunque crecía la expectativa en la población sobre la forma en que la crisis internacional impactaría en el país.
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