IDD-Lat 2014 |
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Nicaragua |
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Nicaragua en el 2013 habÃa podido quebrar una tendencia negativa que venÃa desde el 2009, lo que le habÃa significado cuatro años consecutivos de caÃda en su puntuación general, con un crecimiento de más del 22% en su desarrollo democrático, convirtiéndose, en esa oportunidad, en el paÃs que más habÃa mejorado su puntaje final con respecto al año anterior. Sin embargo, este año, nuevamente, manifiesta un descenso, del orden del 26%, como consecuencia de su caÃda en las dimensiones de la democracia de las instituciones y la social, que fueron de una magnitud que impidió que los avances experimentados en las dimensiones de la democracia de los ciudadanos y en la económica alcanzaran para producir un avance del paÃs en la puntuación final. El resultado obtenido es el peor de la serie histórica, desde el 2002 a la fecha. Al caer por debajo de los 3,000 puntos retrocede también en el ranking regional latinoamericano, descendiendo del 12° al 14° lugar. Forma parte del grupo de paÃses con mÃnimo desarrollo democrático, junto a Venezuela, Honduras, República Dominicana y Guatemala abandonando el conjunto de paÃses que presentan bajo desarrollo democrático, que integraba el último año. Junto a República Dominicana, son los únicos paÃses de América Central que son calificados con este grado de desarrollo. En relación con la Dimensión I, que mide el comportamiento de Derechos PolÃticos y Libertades Civiles, democracia de los ciudadanos, es en la que tiene un mejor desempeño, registrando este año un incremento del orden del 8%, lo que le permite superar el nivel del promedio regional. Nicaragua ha tenido, en todos los años de nuestra medición, un comportamiento relativamente estable entre los 4,000 y los 5,000 puntos (Gráfico 3.57). Este es el quinto año consecutivo que el paÃs logra incrementar su puntuación en esta dimensión. Su variación positiva le permite ascender dos posiciones con respecto al año anterior, situándose en el 7° lugar. El resultado final de la dimensión es producto del avance en la puntuación de los indicadores que miden el Respeto de los Derechos PolÃticos y las Libertades Civiles, lo que le permite salir de la peor puntuación de la región y obtener un valor que, aunque mejora, es aún muy crÃtico. También se observa un mejor desempeño respecto del año anterior en las variables que miden inclusión de Género y Condicionamiento de libertades y derechos por inseguridad. En esta dimensión Nicaragua pertenece al grupo de paÃses con desarrollo democrático medio, junto con otros nueve paÃses de la región, situación que Nicaragua sólo logró en el 2003 y esta vez. El puntaje recibido este año es el mejor de la serie histórica. La variación de la Dimensión II que mide la Calidad Institucional y la Eficiencia PolÃtica, la democracia de las instituciones, ha sido negativa, convirtiéndose en el peor valor de la serie, muy lejos de la mejor puntuación que fue la obtenida en el 2003 (Gráfico 3.58). Nicaragua junto a Bolivia y Brasil son los paÃses que más retroceden en esta dimensión. La caÃda se explica por los retrocesos registrados en los indicadores de Participación de los Partidos PolÃticos en el Poder Legislativo y Accountability, que neutralizan el avance registrado en la variable de Ãndice de Percepción de la corrupción. Por otro lado, Nicaragua ha sufrido el castigo de la aplicación del Factor de Anormalidad Democrática, debido a la crisis institucional que vivió el paÃs en el 2013. Nicaragua, por este retroceso obtuvo el 12º lugar del ranking latinoamericano, bajando seis escalones con respecto al ranking del año anterior. Otra consecuencia, es que vuelve a ubicarse por debajo del promedio de la Región integrando el grupo de paÃses con bajo desarrollo democrático en lo que hace a esta dimensión. En la Dimensión Social el desempeño nicaragüense duplica su registro negativo del año anterior, pasando de -1,180 puntos a -2,398 (Gráfico 3.59). La puntuación obtenida es la peor de la serie, con lo que pasa a integrar el grupo de paÃses con mÃnimo desarrollo democrático en esta dimensión, junto a Guatemala y Repúblicas Dominicana, tres paÃses pertenecientes a la misma zona, América Central. Su menor rendimiento fue motorizado por un marcado descenso de algunas de las variables que la componen, Población Bajo la LÃnea de la Pobreza, Desempleo y Gasto en Educación, y además por el avance de otros paÃses que en conjunto mejoran el promedio de la dimensión. No obstante, algunas variables presentan un comportamiento positivo, en especial la que mide la eficiencia en salud. Pese a la magnitud de su caÃda Nicaragua desciende solamente una posición en el ranking regional latinoamericano de esta dimensión, pasando del 16º al 17° lugar. Se aleja aún más del promedio de la Región, ubicándose entre las cuatro peores puntuaciones, a más de 2,000 puntos del promedio. En lo relativo a la Capacidad para Generar PolÃticas que Aseguren Eficiencia Económica, Nicaragua avanza respecto a los valores del año anterior en más del 38%, aunque no logra alcanzar su mejor puntuación, que fue la obtenida en el 2006 (Gráfico 3.60). El avance se corresponde con una mejora del nivel de endeudamiento de la economÃa, con un avance en el PIB per cápita y con un mayor nivel de inversión. Preocupantemente, dada la desigualdad social imperante en el paÃs, ha retrocedido el indicador que mide la brecha de ingreso. El Ãndice de Nicaragua en esta dimensión se ubica por debajo del promedio regional y ocupa el 14º lugar del ranking, subiendo tres peldaños con respecto al año anterior. Con este resultado integra el lote de paÃses que tienen un bajo desarrollo democrático, saliendo del grupo con mÃnimo desarrollo. Nicaragua 2013: ¿consolidación o desarrollo autoritario?Por: José Alejandro CepedaSi bien todos los años en el ciclo polÃtico de cualquier nación son un producto histórico, equivalentes al golpe pendular de unas bolas metálicas colgantes, el 2013 nicaragüense sobresale por ser el efecto premeditado de aquel 2012 que vio la inauguración del segundo mandato consecutivo de Daniel Ortega. Y es que sin desprendernos del juego causal, la victoria electoral del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) en las elecciones presidenciales y legislativas de 2011 presagiaba ya una disyuntiva para el paÃs, más allá de la continuidad de un respetable programa social orientado a una mayorÃa pobre: el apego a las maneras de la democracia representativa, llevando a la consolidación institucional del paÃs, o el desvÃo a un estilo de gobierno plebiscitario y vertical. Sobrevolemos los acontecimientos principales que permiten reconstruir un año decisivo para el rumbo polÃtico de la nación centroamericana, donde los presagios abundan más que las sorpresas, pero demarcando el resto de un quinquenio ahora prolongable. La reforma constitucional 2013 podrÃa denominarse el año de la consolidación jurÃdica del régimen de Daniel Ortega, quien logró imponer unas reformas constitucionales hechas a su medida. Desde una perspectiva socialista, se trata de un avance en la materialización del proyecto truncado de la revolución de 1979, en medio de la guerra civil en la década de 1980, la pérdida del poder tras el proceso de paz y la recuperación democrática en 1990. Para otros llanamente es una serie de reformas que le permiten gobernar desde la concentración del poder en el Ejecutivo, violando los principios liberales de la teorÃa de la separación de poderes y con un talante abiertamente populista y autoritario. La propuesta se presentó para modificar casi un tercio del articulado de la carta vigente de 1987. Firmada por los 63 legisladores de la mayoritaria bancada sandinista buscaba reformar 39 artÃculos y dos tÃtulos, derogar ocho artÃculos y hacer modificaciones generales en otros ocho y el tÃtulo VI, referido al cambio de nombre de Costa Atlántica a Costa Caribe. Pero el aspecto de mayor calado consistÃa en la supresión de los impedimentos a la reelección presidencial, para posibilitar que fuera continua e indefinida y le diera a Ortega -como si fuera poco- poder de legislar en materia administrativa, según lo contemplan las reformas a los artÃculos 147 y 150, lo que previamente y en diversas democracias serÃa considerado inconstitucional. Asà el inciso 4 del artÃculo 150 referido a las facultades del presidente, se modificaba para permitir %u201Cdictar decretos ejecutivos con fuerza de ley en materia administrativa%u201D. Además, se buscaba eliminar el porcentaje para resultar electo y dejar solo en pie la disposición del artÃculo 146 que establecÃa que podÃa ser elegido a través de la mayorÃa relativa de los votos. Ya en los comicios de noviembre de 2011 el FSLN obtuvo el poder por otra legislatura con un respaldo de 62% de los votos, mientras el Partido Liberal Independiente apenas llegó al 31%, seguido de lejos por el Partido Liberal Constitucionalista con un 6% y otras fuerzas que no alcanzaron el 1%. Se habÃa debatido que Ortega pudiera presentarse a la reelección, pues el artÃculo 147 de la Constitución lo prohibÃa; sin embargo, magistrados de la Corte Suprema de Justicia respaldaron la postulación, a pesar de que era gobernante cuando se dio la elección y ya habÃa sido dos veces presidente. Por otro lado se tocó un tema polémico en América Latina: la participación directa de militares en polÃtica. En una región que tomó parte en lo que el norteamericano Samuel Huntington llamó la tercera ola de la democracia, los representantes de las fuerzas armadas se vieron forzados a dejar su histórica afectación en polÃtica, fuera por cuenta de su papel tutelar sobre gobiernos, la subordinación impuesta a los partidos, la amenaza golpista, el terror ejercido sobre la población civil -incluso con apoyos paramilitares-, las violaciones a los derechos humanos, la pérdida de soberanÃa frente a fuerzas externas como sucedió en la guerra frÃa o directamente el apoyo a dictadores, como fue el caso de la vulgar dinastÃa del clan Somoza a la que justamente enfrentó el sandinismo. Por eso se extendió el veto al voto a oficiales en ejercicio, se limitó el abuso del Estado de sitio y las labores de policÃa militar permanentes, y se consideró que su rol debe restringirse a la protección de las Constituciones desde sus tareas castrenses, cuestiones que fueron violadas tanto por regÃmenes de extrema izquierda como de derecha. En el caso de Nicaragua, con un presidente de pasado guerrillero, revolucionario triunfante y gobernante polémico, que para bien o mal conoce las armas y el color del camuflado, su grado de concepción de lo civil, de la separación de las esferas pública y privada aún es relativo. Ello a pesar de la notable participación del FSLN en el proceso de paz, la aceptación de los resultados que tras las elecciones de apertura de 1990 -como las denominó el politólogo brasileño BolÃvar Lamounier- le permitieron a Violeta Chamorro llegar al poder y luego durante años el ejercicio de una necesaria oposición. Pero la relación con las fuerzas militares tiende a ya no ser la intrÃnseca de distancia y respeto mutuo de los modelos republicanos que intentó desarrollarse con la democratización, sino de lealtad y control. Es decir, el plan originario revolucionario que apoya el poder en las armas en nombre de una lÃnea ideológica exclusiva. Por eso la reforma da oportunidad a que militares ocupen cargos en el gobierno, derogando el inciso A del artÃculo 152, e indica que miembros activos pueden ser nombrados funcionarios del Ejecutivo en la condición de comisión de servicio.
El fortalecimiento del Ejecutivo no se limita a la figura presidencial. En la reforma constitucional se propuso aumentar el periodo de alcaldes, concejales y consejeros regionales de la Costa Caribe de cuatro a cinco años, extendiendo el perÃodo por un año más. Uno de los artÃculos transitorios indicó que los actuales alcaldes, %u201Ccuyos periodos vencen en enero de 2017, entregarán el poder en enero de 2018. Las primeras elecciones municipales bajo el mandato de las reformas propuestas se realizarán en noviembre Pero no todo son palmadas en la espalda, sino también advertencias, aunque estas sean extensibles a todos: se indicó que el transfuguismo polÃtico es una traición a la voluntad de los electores, por lo que si un funcionario cambia de partido o bancada parlamentaria pierde su condición de electo al alejarse de la representación de sus votantes. Si bien la disciplina y el fortalecimiento partidista son deseables en todas las democracias, su imposición en momentos en que el Ejecutivo y el presidente pueden volverse omnipresentes deja dudas de ser signo de un verdadero cambio de la cultura polÃtica. Asà la reforma incorpora igualmente las disposiciones del criticado decreto presidencial 03-2010, que obliga a funcionarios con cargos vencidos a permanecer en sus puestos hasta tanto la Asamblea Nacional no elija. Esto se introduce en el artÃculo 130 y deroga el 201 de la Carta Magna que establecÃa esas disposiciones de manera transitoria. Democracia directa y corporativismo de izquierda Uno de los mayores retos que enfrenta América Latina es la consolidación del Estado de derecho y la democracia, en un contexto de mayor autonomÃa y crecimiento económico, pero a la vez de crisis en los partidos polÃticos, polÃticas públicas ineficientes, retraso en la cobertura y calidad de la educación y una inequitativa redistribución del ingreso en pleno paradigma de la globalización y la apertura de mercados. Estos problemas los comparte Nicaragua, pero hay que sumar en su caso la reelección presidencial y la volatilidad coyuntural de los mecanismos de la democracia directa, caracterÃsticas que comparte con los paÃses más beligerantes del llamado giro a la izquierda bautizado por Teodoro Petkoff, que suman a Venezuela, Bolivia y Ecuador. Se trata del abuso de los respaldos populares (una vez que se consiguen), como lo explica el politólogo Dieter Nohlen, de la Universidad de Heidelberg, para generar un estilo de gobierno hiperpresidencialista, basado en el principio mayoritario y el destierro del consenso como elemento democrático. Según Nohlen, las caracterÃsticas de origen radical rousseauniano y jacobino de esta forma de concebir el poder son: 1) las Constituciones no son de consenso, sino impuestas por la mayorÃa; 2) no hay lÃmites al principio mayoritario; el poder de la mayorÃa es absoluto. No hay protección (en forma de bloque de constitucionalidad) de los derechos humanos, fundamentales y polÃticos; 3) se quiebra la separación de poderes. El Poder Ejecutivo coloniza todas las instituciones de posible control del poder; y 4) la minorÃa está impedida de convertirse en mayorÃa. No se garantiza una competencia libre e igualitaria por parte de la mayorÃa. Ante esta realidad, la Constitución, sobre la n base de la cual se controla el poder y la tentación de la mayorÃa de imponerse arbitrariamente, deja de operar como freno. Como advertÃa Norberto Bobbio, el derecho constitucional pasa a ser un instrumento de poder, donde la decisión mayoritaria del pueblo está por encima de cualquier legislación o institución, y su voluntad es ejercida por el presidente, según precisa Nohlen. AsÃ, por ejemplo, Ortega simplemente llamó %u201Ctraidores, peleles y vendepatrias%u201D a los 26 diputados opositores que votaron contra el paquete de reformas mencionado. Este comportamiento no es exclusivo de la izquierda; una clara muestra de ello fue Ãlvaro Uribe, en Colombia, con la autorización de una reelección a su conveniencia en 2004 y el intento de sus seguidores por fallidos mecanismos plebiscitarios de buscar una segunda oportunidad. Al respecto, el jurista alemán Armin von Bogdandy, director del Instituto Max Planck de Derecho Público Internacional, afirma que desde el punto de vista constitucional el desafÃo es nada menos que la reconstrucción del ius constitutionale commune latinoamericanum. Desde las relaciones con la sociedad civil, se observa una intención corporativista, que aunque interesante como modelo de comunicación polÃtica, parece exagerar. La reforma contempló la inclusión de los gabinetes de la familia, antiguos consejos del poder ciudadano (CPC), como órganos de decisión y ejercicio de la democracia directa. Los artÃculos 2 y 70, en su afán participativo -que como complemento legal no debe reñir con la democracia representativa-, plantearon que son mecanismos de la democracia directa el referéndum y el plebiscito, los presupuestos participativos, las iniciativas populares, los consejos territoriales, los gabinetes de familia y otros procedimientos. No obstante, en el artÃculo 98 de la propuesta se establece el llamado modelo de alianzas del gobierno con el sector empresarial y los trabajadores, bajo el %u201Cprincipio de responsabilidad compartida%u201D. En cualquier caso, por considerar que violaba la Constitución y varias leyes referidas a la libertad empresarial, el sector privado logró revertir el polémico acuerdo administrativo 005-2013, que ordenaba a los operadores de servicios de telecomunicaciones someter a la aprobación de la autoridad reguladora el nombramiento de sus directores, gerentes generales de informática y seguridad. En materia judicial -con menor polémica- se establece la Ley de Justicia Constitucional para sustituir a la Ley de Amparo, incorporar a la Carta la jurisdicción de lo contencioso y administrativo y como ente autónomo al Consejo Nacional de Administración y Carrera Judicial. Un último elemento de interés es el de cobijar en la Constitución los fallos de la Corte Internacional de Justicia con Honduras y Colombia, respecto a los lÃmites marÃtimos en el Caribe. Pese a que los diputados del FSLN negaron que el proyecto del canal fuera a incluirse en la Carta, esta se adaptarÃa para dar fortaleza jurÃdica a la concesión del megaproyecto con la reforma al artÃculo 102, que indica que, dada su estratégica posición geográfica, el Estado podrá celebrar u otorgar concesión para la construcción y explotación de un canal interoceánico y que para aprobarse o derogarse requerirá el 60% de los votos de la Asamblea. Desaceleración en el corto plazo La economÃa de Nicaragua se vio perjudicada por los problemas de su principal aliado, Venezuela, debido a la crisis desatada tras la desaparición de Hugo Chávez. La amenaza de un escenario económico de menor bonanza fue consecuencia indirecta de los avatares domésticos del nuevo gobierno. Hay que recordar que sus recursos petroleros durante seis años vigorizaron al paÃs, coincidiendo con el regreso del FSLN al poder y su alineación al socialismo del siglo XXI. Mientras empresarios y parte de la derecha han realizado un pacto de no agresión en términos económicos, y el propio Ortega ha desarrollado un talante de cooperación Sur-Sur evitando a la vez un radicalismo ideológico en cuanto a mercados, no se contaba con el desaceleramiento del crucial comercio bilateral y los apoyos venezolanos a programas estatales como Calles para el Pueblo, Usura Cero, Hambre Cero, Bono Alimentario o Programa Amor. Por ejemplo, la construcción de la refinerÃa El Supremo Sueño de BolÃvar se paralizó. Cifras del Banco Central citan que en 2012 se invirtieron en esta 128,4 millones de dólares, pero en el primer semestre de 2013 solo fueron 2,6 millones. En los primeros seis meses se captaron 328,4 millones de dólares en cooperación venezolana, 14,1 millones menos respecto al mismo periodo de 2012. De esta forma los préstamos de Petróleos de Venezuela S. A. y del Banco de Desarrollo Económico y Social del hermano paÃs se redujeron. Por otro lado se dejaron de percibir 182,2 millones de dólares en ventas externas en 2013. La mayorÃa de los principales rubros y mercados más importantes cayeron y las pérdidas no lograron revertirse. Se registró una caÃda en exportaciones de 6,6%, lo que visibilizó perdidas en productos como el azúcar o el café. Y aunque Estados Unidos sigue siendo el principal destinatario, las ventas a ese paÃs fueron las más afectadas, reduciéndose en 22,8%. A pesar de estos nubarrones, no todo el panorama es negativo: en agosto entró en vigencia el Acuerdo de Asociación entre la Unión Europea y Centroamérica, con el cual se podrÃan triplicar las exportaciones en los próximos cinco años. En octubre se realizó el primer envÃo de 41.274 toneladas de azúcar a Rumania; fue el primer rubro en aprovechar el tratado. Igualmente el Fondo Monetario Internacional calificó la implementación de polÃticas económicas de favorables y, aunque el paÃs no firmó un nuevo programa económico, aceptó el acompañamiento del organismo financiero. Además, 2013 fue el año del oro, rubro que superó la barrera de 400 millones de dólares, ubicándose como el segundo de exportación, y el grupo hondureño Karim%u2019s anunció que la empresa de zona franca Cone Denim reiniciará operaciones bajo su administración y el nombre Pride Denim Mills, cuya textilera generará más de 600 empleos. Para esto, Banpro Promerica otorgó un generoso crédito a la Corporación Nacional de Zonas Francas. Por último, ha florecido el turismo con 4,3 millones de visitantes, incluyendo emigrantes locales, que han hecho crecer en 1,26% los turistas registrados. Lecturas positivas Existen claros puntos a favor para Nicaragua, como la continuidad de su polÃtica de igualdad en la vida pública entre hombres y mujeres, que ha llevado a más del 40% de presencia femenina en la Asamblea Nacional y una alta participación en cargos públicos, que colocan al paÃs a la vanguardia latinoamericana y mundial según el Foro Económico Mundial. A pesar de la polÃtica sobre las fuerzas armadas, el cuerpo de policÃa sigue siendo de los más respetados de la región y, según el informe anual de Freedom House, hay avances en derechos polÃticos y libertades civiles debido al impacto positivo de las consultas sobre las reformas constitucionales propuestas, avances en la corrupción, transparencia, el progreso gradual en los derechos de las mujeres y la lucha contra la trata de personas. En cualquier caso el Informe Regional de Desarrollo Humano del PNUD que cubre el año 2013 muestra preocupantes situaciones aún por resolver. No se puede olvidar la celebración del centenario de la provincia eclesiástica que el papa Benedicto XVI habÃa concedido a Nicaragua como año jubilar. Lo inauguró monseñor Rolando Ãlvarez, obispo de la diócesis de Matagalpa y vocero de la Conferencia Episcopal, en torno al Año de la Caridad, que concluye tres años de preparaciones culminando con una celebración en diciembre de 2013 en la Arquidiócesis de Managua.
1.Generar procesos de construcción de ciudadanÃa. 2.Fortalecer el respeto de derechos polÃticos y de libertades civiles 3.Incrementar la lucha contra la corrupción 4.Fortalecer los mecanismos de rendición de cuentas 5.Mejorar las condiciones de ejercicio de la libertad de prensa 6.Evitar caer en la formulación de medidas que amolden las instituciones a proyectos personalistas 7.Implementar polÃticas de empleo 8.Mejorar la asignación de recursos en las partidas presupuestarias en las áreas de salud y educación 9.Profundizar la lucha contra la pobreza 10.Implementar medidas de desarrollo económico 11.Optimizar la recaudación fiscal para avanzar hacia una mayor autonomÃa financiera 12.Generar clima favorable a las inversiones |
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