IDD-Lat 2009

Paraguay

Paraguay es uno de los países que casi ha mantenido su puntuación con respecto al 2008. En el ranking general, sube dos lugares y ocupa el puesto Nº 10, continuando en el grupo de países con bajo desarrollo democrático. Si observamos la serie muestra un comportamiento fluctuante, en cuanto que en el 2005 se había destacado por su crecimiento, en el 2006 lo hizo por su caída y en las dos últimas mediciones presenta un amesetamiento. El resultado obtenido este año es producto del balance entre los avances de la Dimensión II y de la subdimensión Social y los retrocesos de la Dimensión III y la subdimensión Económica.

· El pequeño avance de la Dimensión II, se debe en gran medida al mejor puntaje obtenido en Género en el Gobierno, aunque algunos de los indicadores decrecieron, tales como el de Voto de adhesión política y el de inseguridad. El resto se mantuvo estable. La estabilidad en bajos niveles DE LA Dimensión de Respeto a los Derechos Políticos y las Libertades Civiles manifiesta los pocos esfuerzos puestos en mejorar el comportamiento. Ocupa el 13º lugar del ranking, subiendo dos lugares y está por debajo del promedio regional.

· En la Dimensión de Calidad Institucional y Eficiencia Política, Paraguay ha empeorado con respecto al 2008, a pesar de mostrar un mejor resultado en el Índice de Percepción de la Corrupción, en Accountability y en el indicador de Desestabilización. Esto se explica porque el incremento de las puntuaciones en algunas variables se compensó con el crecimiento del promedio de la región, que produjo la detracción del país en esta dimensión. Sin embargo lo beneficia en el lugar que ocupa en el ránking, subiendo un lugar con respecto al año anterior, aunque no logra ubicarse por encima del promedio regional.

· En la Dimensión IV, Paraguay obtiene un peor puntaje en la Subdimensión Económica por una caída importante en la Brecha de Ingreso y en Inversión; aunque mejoraron levemente algunos indicadores, como es el caso del índice de Percepción de la corrupción, PIB per cápita y el nivel de Endeudamiento. Como consecuencia, en el ránking regional baja un peldaño, pasando del 14º al 13º lugar. Sigue estando por debajo del promedio regional.

· El Subíndice Social sigue estando entre los peores de la región aunque presenta una leve mejora en los indicadores de Mortalidad Infantil, de Desempleo y de Matriculación Secundaria. El resto de los indicadores se mantuvo sin alteraciones, salvo el Gasto en Educación que ha descendido levemente. Ocupa el 15º lugar del ranking (perdió un lugar con respecto el 2008) y se mantiene por debajo del promedio regional.

Memoria Democrática 2008

El Presidente Nicanor Duarte Frutos, que hacía cinco años había llegado al poder con promesas de amplias reformas en Paraguay, dejó durante el 2008 el cargo en medio de acusaciones de corrupción y de una crisis por el control del Partido Colorado.

"Estamos dejando un país básicamente ordenado, con una buena economía, con una estabilidad política inédita", expresó Duarte, aunque admitió que "hemos cometido errores y aciertos". "No es ninguna novedad que un partido haya perdido luego de sesenta años. Esto es algo importante que haya ocurrido en Paraguay y lo más importante es que a mi me toca la oportunidad de ser parte de este proceso de transición", dijo Duarte.

Analistas económicos reconocían que el Gobierno en retirada hizo mucho por el saneamiento de la economía paraguaya, al borde del colapso cinco años atrás. Paraguay creció 6,8% en el 2007 después de un estancamiento de más de dos décadas, la inflación fue mantenida en los niveles previstos, las reservas monetarias crecieron al igual que los ingresos tributarios. En contrapartida, el nivel de la pobreza se situó en el 35%, mientras que la pobreza extrema estaba en torno al 20%, y en los últimos años al menos 60.000 paraguayos emigraron, en su mayoría a España, en busca de mejores opciones de vida.

La participación de Duarte Frutos en los comicios de su agrupación política le siguió acarreando problemas, pues cuando dejó el poder, debió librar una batalla judicial para retomar la presidencia partidaria y tampoco tenía claro si podía asumir el escaño que ganó para el Senado. A Duarte no le dejaban asumir como senador electo en las urnas debido al boicot ejercido en la anterior legislatura por la oposición, que argumentaba que le correspondía un asiento pero como senador vitalicio, con voz pero sin voto y que lo que buscaba era escudarse en los fueros ante eventuales denuncias de corrupción.

Si bien había superado una investigación sobre presuntas irregularidades en la financiación de su campaña presidencial, el diario Abc Color denunció a Duarte por la forma en que adquirió una hacienda de casi 4.000 hectáreas en la región del Chaco, tres días después de asumir el poder. El rotativo afirmó que Duarte adquirió esa finca a través de un tercero, su concuñado, que pagó 333.000 dólares al contado.

El 20 de Abril de 2008 se realizaron elecciones generales en Paraguay. El presidente Duarte Frutos estaba impedido por la Constitución en postularse para la reelección, y apoyaba a Blanca Ovelar de su misma corriente Movimiento Progresista Colorado, mediante unas primarias en las que resultó derrotado Luis Castiglioni el vicepresidente del propio Duarte, pero de una corriente interna distinta, Vanguardia Colorada.

Entre los principales candidatos opositores estaba el obispo católico Fernando Lugo, que consiguió el apoyo del segundo partido del país: Partido Liberal Radical Auténtico, que junto a otras formaciones centristas e izquierdistas conformaron la plataforma electoral, Alianza Patriótica para el Cambio.

El ex colorado Lino Cesar Oviedo pudo por fin postular su candidatura en estas elecciones, por su partido Unión Nacional de Ciudadanos Éticos. El empresario Pedro Fadul volvió a repetir candidatura al fracasar las negociaciones de una postulación única de la oposición al "coloradismo".

Finalmente el obispo Lugo ganó porque el Partido Colorado acudió a las elecciones dividido y porque la oposición se presentaba unida. Ambas circunstancias se habían producido en elecciones anteriores, pero ésta era la primera vez en que se produjeron simultáneamente, en el mismo proceso electoral. El Partido Colorado sufrió la división interna provocada por Luis Castiglioni que no terminó de aceptar su derrota en las elecciones internas Coloradas, aunque no pudo demostrar la ocurrencia de fraude. A esta división interna se sumó otra externa, mucho más importante, al consumarse la opción del oviedismo, en el momento en que por primera vez su líder podía concurrir a unas elecciones.

Oviedo, que había vuelto a Paraguay de su exilio argentino-brasileño e ingresado en una prisión militar, fue liberado por Nicanor Duarte Frutos, que pretendía, sin duda, contribuir de esta manera a la división de la oposición. El resultado, sin embargo, fue el contrario al buscado. En 2003, el candidato de UNACE, con Oviedo inhabilitado, había logrado el 13,4% de los votos. En 2008, Oviedo obtuvo el 22%. Es decir, un 8,5% más que en 2003. El Partido Colorado, con Blanca Ovelar, candidata en 2008, al obtener un 31% perdió un 6% respecto al 37% obtenido en 2003 por Nicanor Duarte Frutos. Obviamente, este 6% le fue arrebatado por Oviedo.

No conviene pasar por alto que la suma de los votos obtenidos por colorados y oviedistas con Blanca Ovelar y Oviedo en 2008 (53%) era superior a la misma suma de 2003 (50,5%), pero el divorcio colorado se afianzó.

En la oposición, Lugo acumuló prácticamente todos lo votos y obtuvo el 41%. La oposición volvió a unirse como en 1998, pero esta vez con éxito. Pedro Fadul se presentó de nuevo como candidato del Partido Patria Querida (PPQ), pero su candidatura no afectó a la unidad de la oposición, porque el electorado optó por ignorarla y le castigó duramente: si en 2003 Pedro Fadul obtuvo un 21,2%, en 2008 debió conformarse con un 2%. El 41% de Lugo fue, por otro lado, muy inferior al 53% obtenido conjuntamente por Blanca Ovelar y Oviedo. Sin la escisión oviedista la oposición no habría ganado las elecciones presidenciales.

La concertación que permitió el triunfo de Lugo giró en torno al PLRA, que desde 1993 no bajó nunca de un 24% del voto. Hay que añadirle el voto deseoso de cambio y, finalmente, todos los pequeños grupos de izquierda que tenían en Paraguay sólo una presencia testimonial.

El carisma de Lugo entre los campesinos sin tierra no se materializó ni influyó en los resultados electorales. Estos centenares de miles de habitantes del campo se abstuvieron o repartieron su voto entre colorados y liberales siguiendo pautas tradicionales. Por otro lado, pudo observarse que Oviedo no solo recibió todos los votos colorados perdidos por Blanca Ovelar sino también un 2% del electorado proveniente de la oposición y que Lugo no logró retener.

La Alianza Patriótica para el Cambio, que llevó a Lugo a la Presidencia, estaba en minoría en ambas Cámaras. Para tener mayoría necesitaba el apoyo de legisladores oviedistas y colorados.

Lugo recibió un país con unas cuentas públicas relativamente saneadas y con una más que razonable estabilidad macroeconómica, muy diferente de la herencia que había recibido Nicanor Duarte Frutos al acceder a la Presidencia.

En cambio, en el ámbito social, la situación era preocupante. De 6 millones de habitantes, la población económicamente activa se elevaba a 2,8 millones, de la cual el 5,6% estaba desempleada y 2,7 millones, el 94,4%, estaba ocupada. Pero esta cifra es engañosa porque dos terceras partes –es decir, 1,8 millones– estaban subempleados o cobraban menos del salario mínimo legal o simplemente no cobraban salario por tratarse de familiares no remunerados. En resumen, solo 900.000 personas trabajaban y percibían un salario igual o superior al mínimo legal. Por eso, uno de cada tres paraguayos vivía bajo el umbral de la pobreza y uno de cada cinco en la indigencia.

Lugo debió negociar con diversos sectores políticos, porque, como se dijo, el Partido Colorado retuvo la primera mayoría en el Congreso.

La Alianza Patriótica para el Cambio (APC) tenía como sustento legislativo al Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA), segunda fuerza del país.

Duarte, que encabezó la lista del Partido Colorado para el Senado en las elecciones de abril de 2008, juró ante el presidente de esa cámara, el opositor Enrique González Quintana, de la Unión Nacional de Ciudadanos Éticos (UNACE), tercera fuerza política del país, que era liderada por el general retirado Lino Oviedo. Al acto no asistieron los representantes de la mayoría, que con la ayuda de dos partidos minoritarios invalidaron el juramento y confirmaron en el asiento al sustituto del ex gobernante, Jorge Céspedes. La presidencia del Senado y, por ende, del Congreso fue cedida a un representante de UNACE dentro del pacto acordado por la oficialista Alianza Patriótica para el Cambio (APC) para garantizar a Lugo una mayoría parlamentaria.

Aunque fueron excluidos del reparto de cargos de la mesa directiva de ambas cámaras, el minoritario Partido Patria Querida (PPQ), de centroderecha, y el bloque disidente "Vanguardia Colorada", que lideraba el ex vicepresidente Luis Castiglioni, contribuyeron con sus votos a anular el juramento de Duarte.

Lugo, desde que ejerció la presidencia de su país, debió suspender muchas de sus giras y reuniones electorales "por amenazas", como él mismo expresó. A su vez, una convicta por secuestros, Carmen Villalba, y a quien el gobierno acusó de vínculos con las FARC, empezó a declarar que existía un grupo guerrillero, cerca de la Triple Frontera, que simpatizaba con Lugo. Se trataba del EPP: Ejército del Pueblo Paraguayo. Lugo afirmó que todo se trataba de un plan para desprestigiarlo.

Algunos eventos, como el aumento de las invasiones de tierra y una obstrucción por la oposición en el Congreso, indicaban los desafíos significativos enfrentados por el Presidente Lugo. Era un riesgo creciente para él la caída en las expectativas que comenzó teniendo, por la lenta implementación de sus promesas de campaña, sobre todo en aquellos que lo votaron para llegar al poder. Aunque Lugo continuaba disfrutando de una popularidad alta, el resto de los políticos estaban preocupados por la amenaza de un clima de conflicto social. Las dificultades del gobierno para implementar sus planes, fortalecieron a la oposición, que bloqueaba los esfuerzos por reformar la Corte Suprema de Justicia, mientras las negociaciones sobre la revisión del Tratado de Itaipú con Brasil, permanecían estables.

El fuerte crecimiento de la actividad económica, principalmente en la primera mitad del año, disminuyó notablemente en agosto y septiembre. Los poderosos productores agrícolas y los ganaderos, llevaron a cabo una protesta nacional, de dos días, contra los planes para la reforma de la tierra, con pocos resultados en sus exigencias.

Se esperaba que las cuentas fiscales volvieran a tener un pequeño superávit en el 2008, continuando con seis años consecutivos de superávit. El gasto gubernamental corriente continuó creciendo rápidamente en los últimos meses, mientras el gasto importante (qué incluye la inversión pública) cayó, resultando en el pequeño superávit fiscal mencionado.

Si se aprueba una legislación más dura por parte de Brasil respecto de las importaciones de Ciudad del Este esto representará una amenaza para Paraguay, por tratarse de una zona de libre-comercio muy importante para la economía del país.

El crecimiento del PIB del 5,9% se explica por un 42,3% del sector primario (2,4%), en 11,6% del sector manufacturero y la construcción (0,7%); en 39,4% del sector de los servicios (2,3%) y en 6,7% de los impuestos a los productos (0,4%).
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