IDD-Lat 2009

Bolivia

Bolivia ha descendido, más del 8% respecto del índice obtenido el año anterior. Este año ocupa el último lugar, motivado por la suba del promedio de la Región y del valor de la ponderación, producto de la mejor performance del resto de los países, y también a sus peores desempeños en la Dimensión III y en la Subdimensión Social. Con su puntaje de 2,593 está muy por debajo del promedio regional y por lo tanto, está en la franja de países con desarrollo democrático bajo.

· Con respecto a la Dimensión Respeto de los Derechos Políticos y las Libertades Civiles, su puntuación, es superior en más de un 7% en relación con el año 2008. Esto es producto del incremento que han tenido algunos indicadores, tales como el de inseguridad y el de género, que han mostrado importantes crecimientos. El resto de los indicadores se ha mantenido estable. Ocupa el 9º lugar del ránking, es decir que ha escalado 1 lugar con respecto al año anterior. Sin embargo, no logra superar el promedio regional y se acerca a su mejor valor en la serie, que fue el obtenido en el año 2002.

· En la Dimensión Calidad Institucional y Eficiencia Política, Bolivia es el país que mantiene el peor puntaje de la Región e incluye para este año una caída de más del 6%, siguiendo la tendencia negativa que se manifestaba desde el año pasado. El valor obtenido es el más bajo de la serie. Esto se debe principalmente a la incidencia negativa del Factor de Anormalidad Democrática, aplicado por la crisis institucional y política que ha vivido el país durante el 2008. A esto se suma que el indicador de Percepción de la Corrupción ha decrecido levemente. El resto de los indicadores se ha mantenido estable, salvo el de Accountability que ha subido en más del 7% y es el segundo valor más alto de la Región, sólo superado por Perú.

· Bolivia, en la Subdimensión económica, ha mejorado con respecto al valor obtenido en el 2008, ya que todos sus indicadores presentaron un mejor desempeño. Aunque su incidencia positiva no es significativa, porque la Región en su conjunto se ha desplazado positivamente con mejoras superiores. Por eso aún Bolivia está muy por debajo del promedio regional. El puntaje obtenido es superior al mejor anterior, obtenido en el 2006. Sin embargo no logra superar al mejor valor de la serie, obtenido en el 2002. Bolivia continúa presentando el peor comportamiento de la Región, alcanzando el último puesto del Ránking.

· Bolivia ha descendido fuertemente en el Subíndice Social, alcanzando el puesto Nº 13 en el Ránking, y ha perdido su ubicación por encima del promedio regional. Los indicadores relacionados con la eficiencia educativa han mantenido sus valores. Los indicadores de Desempleo, de Pobreza y de Gasto en Salud han mejorado sustancialmente. El único indicador que ha decrecido es el de Mortalidad Infantil. La explicación del descenso en la subdimensión es la misma que dimos anteriormente, en relación a la subdimensión económica, o sea el mejor desempeño de los otros países de la región.

Memoria Democrática 2008

El presidente de Bolivia, Evo Morales, comenzó el tercer año de su gobierno con la mirada puesta en el referéndum sobre la nueva Constitución, que representaba el principal reto de su mandato. El 2008 fue un año de gran tensión, marcado por el conflicto autonomista y la violencia tras el referéndum revocatorio de agosto.

Las instituciones fueron el campo de batalla entre el presidente Morales y la oposición. A pesar de las numerosas críticas a su gobierno, Morales, que ganó la presidencia con un 54% de los votos y revalidó su mandato en el referéndum de agosto con un 67%, logró consolidar su liderazgo y sobreponerse a una oposición regional tan fuerte que le impedía visitar cinco de los nueve departamentos de Bolivia.

A una iniciativa reformista del oficialismo, la oposición respondió con instrumentos similares, con la convocatoria a un referendo sobre el estatuto autonómico de Santa Cruz, establecido por el prefecto Rubén Costas, para el 4 de mayo. Después lo imitaron las regiones de Beni, Pando y Tarija.

En febrero, en el Congreso Nacional, el oficialismo había aprobado convocar para el 4 de mayo los dos referendos necesarios para aprobar la Constitución -uno sobre la definición de latifundio expropiable y otro para ratificar el texto en su conjunto-, al tiempo que desautorizaba las consultas autonómicas, que fueron suspendidas por la Corte Nacional Electoral y al mismo tiempo rechazó, aunque no pudo evitar la consulta autonómica de Santa Cruz.

En Mayo, el Presidente Morales nacionalizó tres petroleras y una filial de la italiana Telecom. Durante el mismo mes, Santa Cruz aprobó su estatuto de autonomía con más del 80% de los votos y el Senado, controlado por la oposición, aprobó una ley de referendo para intentar la revocación del mandato del presidente Morales y los nueve gobernadores del país. El presidente con encuestas en la mano, aceptó el reto y convocó el referendo revocatorio para el 10 de agosto.

En Junio, Beni, Pando y Tarija aprobaron estatutos de autonomía. La opositora Savina Cuéllar fue elegida gobernadora de Chuquisaca.

Finalmente, el 10 de Agosto Morales ganó el referéndum revocatorio con el 67,4% de los votos. Pero como muestra de la división que reinaba en el país, también fueron confirmados en sus cargos los gobernadores opositores y autonomistas de Santa Cruz, Beni, Pando y Tarija. En cambio, quedaron revocados los de La Paz y Cochabamba.

El aplastante triunfo del presidente Evo Morales en el referendo revocatorio, le dio al Gobierno nuevas fuerzas para insistir en la aprobación del texto de la Constitución. Con ese impulso, paradójicamente logrado gracias a las acciones del principal partido opositor, Podemos, el Ejecutivo aprobó un “paquetazo” de medidas políticas entre las que figuraban la aprobación de la nueva Constitución, la consulta sobre la tierra, la elección de prefectos en los departamentos donde los mandatos prefecturales fueron revocados, la elección de consejeros departamentales y la de subprefectos.

La decisión provocó el llamado a la resistencia civil y al desacato por parte del Consejo Nacional Democrático (Conalde) y de los movimientos cívico-regionales, generándose violencia en los departamentos de la denominada Media Luna.

A fines de Agosto, Morales convocó, mediante decreto, un referéndum para ratificar la nueva Constitución. La Corte Nacional Electoral, sin embargo, lo rechazó; por lo que el Gobierno terminó aceptando promover una ley en el Congreso para convocar la consulta sobre la futura Constitución.

En el marco de esa gran convulsión política, Morales cambió a cinco ministros, entre ellos el de Hidrocarburos y expulsó al embajador de Estados Unidos en La Paz, al que acusaba de promover las protestas contra su Gobierno.

Pero la confrontación política y social también se trasladaba a las calles, y así se produjeron choques entre opositores y autonomistas en Pando, cuyo saldo fue la muerte de 20 personas, la mayoría campesinos. En respuesta a las acciones de Evo Morales, Estados Unidos expulsó al embajador boliviano, Gustavo Guzmán.

A continuación, el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, ordenó la expulsión del embajador americano en Caracas y dijo que si Evo Morales fuera derrocado o asesinado, intervendría militarmente en Bolivia. El 12 de septiembre el Gobierno de Bolivia declaró el estado de sitio en la región de Pando. Días después, fue detenido y encarcelado el gobernador de dicho departamento, el opositor Leopoldo Fernández.

Ante la escalada del conflicto político social en Bolivia, los países sudamericanos organizados en la Unión de Naciones Sudamericanas (Unasur), convocaron a una cumbre presidencial urgente que se concretó el 15 de septiembre en Santiago de Chile. La UNASUR está integrada por las doce naciones de Sudamérica que expresaron el "más pleno y decidido respaldo al Gobierno Constitucional del Presidente de la República de Bolivia Evo Morales, cuyo mandato fue ratificado por una amplia mayoría en el reciente Referéndum". Tras 18 días de negociaciones, Morales y los prefectos autonomistas concluyeron un proceso de diálogo sin firmar acuerdos, pero con avances en las reformas autonomistas.

De manera simultánea a los hechos, se abrieron nuevamente negociaciones entre los prefectos opositores y el Gobierno –esta vez, en el Congreso y ante la incredulidad de los bolivianos– que permitieron finalmente arribar a acuerdos y lograron pacificar al país. El nuevo espacio de discusión parlamentaria no sólo rescató los avances conceptuales en autonomía, sino que permitió la elaboración de una agenda de 11 puntos. Con el temor de que se repitieran fracasos anteriores, las partes resolvieron la creación de una comisión paralela, técnica, de muy bajo perfil, que permitió la revisión y cambio de más de 200 artículos del texto que se había aprobado en diciembre de 2007 en Oruro.

Con los acuerdos logrados, el país se encaminaba ya hacia el 25 de enero de 2009, fecha clave en la que se realizarán el referendo constitucional y el dirimitorio. Dicho acuerdo se produjo después de que Morales renunciara a la posibilidad de una segunda reelección y aceptara la corrección de un centenar de artículos de su proyecto constitucional. El 21 de Octubre, Morales promulgó la ley que convoca el referendo constitucional para el 25 de enero del 2009. Y a comienzos de noviembre, suspendió indefinidamente" las operaciones en Bolivia del Departamento Antidroga de Estados Unidos (DEA), al que acusaba de "espionaje" y "conspiración" contra su Gobierno. El Gobierno levantó el estado de sitio en la región de Pando.

El 2008 puede ser calificado como un año de oportunidades perdidas en el cual no se aprovecharon los elevados precios del mercado internacional, que estuvieron vigentes hasta el primer semestre del año, asimismo, la inversión fue baja e insuficiente para crear fuentes de empleos que permitan reducir los niveles de desempleo y dar respuesta a los aproximadamente 140.000 jóvenes que se incorporan anualmente al mercado laboral.

Si bien el crecimiento de la economía boliviana en 2008 (enero a septiembre) alcanzó el 6,53%, el mismo se apoyó principalmente en un solo sector, el minero, que creció a una tasa de 69% y tuvo la mayor incidencia en la tasa de crecimiento del PIB con un 2.8%.

Por el lado del gasto, el consumo interno, representado por las familias, fue fundamental explicando el 4.38% del crecimiento del PIB, esto como consecuencia de la mayor liquidez que circuló en la economía.

Por lo contrario, los niveles de inversión fueron bajos sugiriendo que la bonanza económica no fue canalizada hacia la inversión, en ese sentido, se podría prever que existirán dificultades para sostener tasas de crecimiento económico elevadas en los próximos años.

La política de comercio exterior estuvo supeditada a posicionamientos ideológicos y dogmáticos antes que comerciales y de pragmatismo económico. En este accionar se perdieron opciones de mercados, se prohibieron las exportaciones de productos y, a pesar de que el valor de las exportaciones se incrementó en 48% con respecto al 2007 (enero-octubre), dicho aumento corresponde a incrementos en los precios de los productos y no así al incremento de cantidades, las que permanecieron estancadas y en algunos casos se contrajeron.

Asimismo, la política cambiaria aplicada por el Banco Central de Bolivia (BCB) de apreciar la moneda boliviana, mientras que otros países socios comerciales están depreciando, ha venido afectando el comercio exterior boliviano y al sector productivo en su conjunto, ya que le resta competitividad cambiaria a los productos exportados, a su vez que incentiva la importación.

Analistas sostienen que además, el mantenimiento de un tipo de cambio fijo, cuando otros países deprecian su moneda, puede provocar que exista una fuga de divisas que reduciría las reservas internacionales del BCB.

La dinámica inflacionaria en 2008 alcanzó 11.85% en términos generales y 23% en alimentos. Esto tuvo un fuerte impacto negativo sobre las familias de bajos ingresos, ya que en éstas, la participación de los alimentos en la canasta de consumo es muy significativa cercana al 80%. Como resultado, los niveles de pobreza se han elevado en este periodo, tal como lo corroboran estudios realizados por diferentes instituciones.

Los esfuerzos realizados para controlar la inflación han recaído fundamentalmente sobre el Banco Central de Bolivia (BCB) a través de los instrumentos de política monetaria, como la esterilización de la emisión monetaria y apreciación de la moneda nacional. Estas medidas, sin embargo, no han tenido los efectos esperados y han generado otros problemas a la economía como el incremento de la deuda pública y la pérdida de competitividad cambiaria para la producción nacional.

Por su parte, el gobierno nacional no colaboró con su política fiscal, en la instrumentación de medidas de austeridad del gasto que permitieran disminuir la liquidez de la economía. Asimismo, las medidas sectoriales que imprimió, como la prohibición de la exportación de determinados productos y la liberación de aranceles para importación, afectaron fuertemente al sector productivo.

En cuanto a las economías regionales, estuvieron marcadas por los resultados obtenidos en el sector agropecuario, que representa la base económica de los departamentos. Hubo cuantiosas pérdidas por desastres naturales y por la inseguridad jurídica, por el desabastecimiento de diesel oil y por la política de prohibición de la exportación de determinados productos, a su vez de liberar la importación, con arancel 0% a otros. Con todo ello, en la campaña agrícola de verano 2007/2008 se cultivó una superficie menor en un 13% respecto a la campaña de verano de 2006/2007.
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