IDD-Lat 2012 |
||||||||||||||||||||||||||
Uruguay |
||||||||||||||||||||||||||
En el contexto latinoamericano, Uruguay se caracteriza por una notable estabilidad política y económica. En el orden político este buen desempeño se debe a una política interior y exterior sensata que se ha mantenido en el tiempo a pesar de las alternancias en la responsabilidad política. En lo económico, Uruguay nunca fue un patio de juegos para aventuras de orden macroeconómico o político como sí ocurrió en los grandes países vecinos. El fútbol y la economía comparten hoy en Uruguay una cosa: los años de la tristeza parecen haber quedado atrás: la selección uruguaya se ganó el respeto internacional con un atractivo juego ofensivo durante el Mundial 2010 y resultó vencedora de la Copa América 2011 (además de marcar un triunfo contra su archirrival Argentina), desencadenando una verdadera euforia nacional. La situación económica responde a una realidad similar. Para los opositores, la gestión del presidente José Mujica, durante 2011, fue difusa, enredada y contradictoria. Hubo temas clave en este período que fueron fundamentales como la educación y la seguridad que no encontraron salida por más que todos los partidos estaban de acuerdo en buscar soluciones. Lo mismo sucedió con el impuesto al agro que generó un intenso debate dentro del mismo partido de gobierno, el Frente Amplio, sin lograr consenso. El primer año de Mujica comenzó profundizando los cambios; aunque a lo largo del año se fue disgregando la forma de gestión y gobierno. Hoy la población tiene una percepción de la gestión de Mujica, como de continuas idas y venidas. El aspecto positivo en este segundo año de gestión del presidente José Mujica es que continúa el crecimiento de la economía. Sigue habiendo un talante dialoguista del presidente. También los datos sobre la reducción de la pobreza son positivos. Se logró un gran acuerdo en materia de minería; tema difícil y complejo que logró el acuerdo de los cuatro partidos. El valor obtenido en la Dimensión II, Respeto de los Derechos Políticos y Civiles, presenta un incremento alrededor de un 2%, como consecuencia del mejor puntaje en el indicador de Inseguridad, que logró compensar la caída de la variable de Género (Gráfico 3.82). El resto de los indicadores se mantuvo estable. Ocupa el 3º lugar del ranking, manteniendo la misma ubicación que el año anterior. El valor de la dimensión está muy por encima del promedio regional. En el tema seguridad el gobierno implementó buena parte de las medidas emanadas del acuerdo multipartidario, le dio prioridad presupuestal al combate a la inseguridad y fue condescendiente con el Partido Nacional para instalar una comisión bicameral en el Parlamento a fin de abordar los temas relativos a la denominada “minoridad infractora”; de la cual resultó un conjunto de propuestas, que incluían la creación del Sistema de Responsabilidad Penal Adolescente, el mantenimiento de los antecedentes a los menores en caso de infracciones gravísimas y la penalización de la tentativa de hurto, entre otros. No obstante, la oposición marcó su propia agenda, y tras el seguimiento mediático de la “crónica roja” y un creciente desasosiego de la población, el grueso de los partidos tradicionales se embarcó en una campaña para plebiscitar la baja de la edad de imputabilidad. El ministro del Interior, Eduardo Bonomi, mano derecha del presidente Mujica, llevaba adelante una política de mano dura. Los mega operativos policiales que se realizaban, hace años atrás hubieran sido considerados razzias por la izquierda. El posicionamiento del gobierno en este tema responde a las demandas de la opinión pública y a la existencia de competidores contundentes y activos a nivel político, como Vamos Uruguay y el Herrerismo, que promueven bajar la edad de imputabilidad.
Temas candentes también fueron los referidos al sistema penitenciario, la edad mínima de imputabilidad y la situación en las cárceles. A estos temas se sumaron cuestiones referidas a las estructuras políticas, las atribuciones de los alcaldes recién electos, incluida su relación con los intendentes departamentales. Durante varios años la principal fuente de preocupación de los uruguayos fue el desempleo. A partir del 2008, las encuestas revelaban que la delincuencia y la criminalidad son los temas que generan más preocupación y de una manera homogénea en la sociedad. Una de las manifestaciones recientes de esa preocupación social son las movilizaciones ciudadanas a través de las marchas por la seguridad, en general convocadas por las redes sociales. Se destaca la creación en abril del 2010 de un grupo de Facebook llamado Uruguay Seguro. Según datos oficiales, los delitos contra la propiedad, en 2011, sumaron 138.589, frente a los 136.063 de 2010 y los 132.830 de 2009. Además, aunque en 2011 hubo menos homicidios (286) que en los dos años precedentes (310 en 2010 y 346 en 2009), la virulencia de los crímenes ha aumentado la alarma de muchos ciudadanos, Según un estudio de la consultora Cifra, el 53% de los ciudadanos considera la inseguridad como el principal problema del país, seguido de la educación con el 13%. Como hecho destacable en lo que concierne a Hacia fin de año se celebró la interna del Frente Amplio, con una convocatoria a elecciones a padrón abierto, que hacía demasiado que no se celebraban y además incorporando la elección del presidente y los vice. La Dimensión III, que mide la Calidad Institucional y la Eficiencia Política, tuvo también un comportamiento positivo (Gráfico 3.83), y su avance fue del orden del 12%. Se ubica en el 2º lugar del ranking regional, ganando un lugar con respecto al año anterior. El avance en la “democracia de las Instituciones” es producto de mejores resultados en los indicadores de Percepción de la Corrupción, de Participación de los partidos políticos en el Poder Legislativo y de Accountability. La variable Desestabilización de la democracia mostró un descenso con respecto a la puntuación recibida el año anterior. 2011 fue el año de la conmemoración del Bicentenario del proceso de Emancipación del Uruguay. Pero también fue el de las grandes polémicas, entre ellas las referidas a la Ley de Caducidad, la propuesta de aumentar los tributos a las grandes extensiones agropecuarias y el impulso de la Ley de Participación Pública – Privada. El Ejecutivo comunicó a la Suprema Corte de Justicia, que a través de una resolución se revocaban por razones de “legitimidad” todos los actos administrativos que los gobiernos de los partidos tradicionales incluyeron en la Ley de Caducidad. Asimismo, el equipo de antropólogos de la Universidad de la República dio con los restos del maestro y periodista Julio Castro, desaparecido en plena dictadura militar. Las desavenencias entre el presidente y su fuerza política, que se notaron con mayor claridad en la discusión parlamentaria para anular la ley de Caducidad en mayo, marcaron el punto más bajo de la popularidad del presidente, cuando llegó al 42%. Pero luego, hechos como el logro de una patente nacional única en diciembre y los acuerdos en educación devolvieron al mandatario la aprobación perdida. El gobierno de Mujica impulsó activamente la construcción de un gobierno de unidad nacional sin tener ninguna necesidad de hacerlo por tener mayoría parlamentaria; se aplicó un criterio de estricta proporcionalidad electoral hacia adentro del Frente Amplio y hacia afuera; y la oposición sumó su participación no sólo porque, acostumbrada a estar siempre en el gobierno, decidió que era mejor hacer oposición desde adentro, sino porque pudo volver a hacer política en la forma en que siempre lo hicieron: a través de la distribución de cargos.
El gobierno exhibió problemas internos difíciles de disimular. Empezó el año y cerró con un debate interno sobre materia tributaria que abarcó todo el año. A comienzos de 2011 el debate de enero era la forma que se iba a rebajar el IVA y ahí se vieron diferencias entre el ministerio de Economía y sectores del Frente Amplio. En el medio el conflicto por el impuesto al agro. Fue el año de la crisis de la educación. Los principales desafíos en política interior sieguen siendo la seguridad interior, la educación y la reforma del Estado, así como la seguridad energética. El propio Presidente Mujica calificó la educación como “vacuna contra la pobreza”. Una tasa de desempleo de alrededor del 20% entre los jóvenes de 18 a 24 años (frente a una desocupación general de apenas el 6%) pone de manifiesto la necesidad de adoptar medidas para que la buena situación económica general se traduzca en una sensible mejora de la situación social, en particular entre la población más joven. En América Latina, de acuerdo al Índice de Percepción de la Corrupción (IPC) de Transparencia Internacional, el país con menos percepción de corrupción fue Chile, seguido de Uruguay. Si no se cuentan los resultados de Chile y Uruguay, ningún otro país latinoamericano está por encima de la calificación media (5 puntos). Uruguay mejoró su calificación de 6.9 a 7 en una escala 0-10, en que 10 sería el país ideal libre de percepción de corrupción, país ideal de transparencia. Sin embargo, pasó del lugar 24 al lugar 25 en el ranking mundial. Los avances de las dimensiones II y III compensaron el peor desempeño de la Dimensión IV, que mide el Poder Efectivo para Gobernar de la democracia uruguaya. En efecto, el valor del subíndice Social alcanza una leve diferencia negativa respecto del año anterior (Gráfico 3.84), y esto coloca a Uruguay en la 3º ubicación del ranking regional, perdiendo dos lugares con respecto al 2011. Aún su puntuación sigue estando muy por encima del promedio regional. Las variables que motorizan el descenso de la puntuación de la Sub dimensión son las que corresponden al Gasto en salud, desempleo y matriculación secundaria. El indicador que muestra un fuerte avance es el de Mortalidad Infantil. El resto de las variables se mantiene estable. Estas cifras están en línea con la posición que ocupa el país en el Índice de Clima Económico en América Latina, elaborado anualmente por el Instituto Alemán de Investigación Económica IFO de Múnich en asociación con la consultora brasileña Fundación Getulio Vargas. En 2011, Uruguay encabezó por primera vez el ranking de países latinoamericanos, superando a Chile y Colombia. El presidente José Mujica se había comprometido al asumir en marzo de 2010 a llevar la pobreza a un 10% y eliminar la indigencia para el fin de su gestión en 2015. En 2011 continuaron mejorando los indicadores sociales. La tasa de desempleo disminuyó, en diciembre de 2011, a un 5,3% de la población económicamente activa. La pobreza descendió de 18,6% a 14% en 2011, lo que demuestra que hubo 149.086 personas que dejaron de ser pobres. La indigencia bajó de 1,4% a 0,9%, y se registró una significativa disminución en los índices de desigualdad. A la vez, según un informe del Observatorio del Mercado de Trabajo del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, en base a datos del Instituto Nacional de Estadística, el incremento de salario nominal acumulado a diciembre de 2011 fue de 14,1% en el sector privado y 10,9% en el público.
Con respecto al tema de la educación, si bien hubo distintas reacciones en el seno de la oposición, el destino de los acuerdos nacionales no fue muy distinto. A pesar que el oficialismo y la oposición acordaron en el Senado llegar a un nuevo plan para abordar la “problemática educativa”, y aun cuando el gobierno “cedió” dándole la delantera al programa Promejora del Partido Nacional (un proyecto cuyas grandes líneas ya estaban contenidas en los planes originarios de Enseñanza Secundaria, pero que operó como un “reconocimiento” a los aportes de la oposición), comprándose así un gran conflicto con los sindicatos, una vez conocido el plan elaborado la evaluación que hicieron los partidos tradicionales fue negativa. También baja la Sub dimensión económica en la Dimensión IV en más del 6% (Gráfico 3.85), retrocediendo un lugar del ranking regional, detrás de México, Chile y Perú. Esto se debe al peor comportamiento de los indicadores Libertad Económica, PIB per Cápita e Inversión. Sólo mejoró la variable de Endeudamiento, y se mantuvo estable la variable de Brecha de ingreso. El mayor logro de Mujica, es en primer lugar que, en medio de la peor crisis económica internacional, el país siguió creciendo, obteniendo excelentes resultados económicos y sociales. Ejemplo de ello es un crecimiento del PBI superior al 6,5%, muy por encima del 3,7% de la región, una baja de la pobreza en 4 puntos y una mejora en la distribución de la riqueza. Se puede rescatar la búsqueda constante de amplios acuerdos en la educación y la continuidad de la apertura al mundo para el comercio, las inversiones y resolver los desafíos internacionales. El país exhibe excelentes datos económicos. Entre 2005 y 2010 la economía creció en promedio un 6,5% e incluso en 2009, año el que el mundo entró en recesión, Uruguay creció un 2,9%, ubicándose a la cabeza de los países latinoamericanos. Gracias a la disciplina aplicada tras la crisis de 2012, a los altos precios de las materias primas y al contagio del dulce momento de sus vecinos suramericanos, Uruguay acumuló un crecimiento del PIB del 14,5% entre 2010 y 2011, y en los últimos meses logró cifras récord de desempleo, de alrededor del 6%. Hacía años que los ciudadanos no consumían tanto, favorecidos por la depreciación del dólar y por las subidas salariales logradas en los convenios colectivos.
Hay cuatro cosas que se destacan de los dos años de gestión del Presidente Mujica: en primer lugar, muy buen desempeño de la economía. Sobre esto unos dicen que es gracias al gobierno y otros dicen que es por efecto de la bonanza que viene del exterior. Lo cierto es que la economía anda bien. En segundo lugar, hay un crecimiento real de los salarios y de las jubilaciones, del ingreso de los hogares. Hay una baja muy grande del desempleo y en términos históricos el porcentaje más alto de empleo en proporción a las personas en edad de trabajar. Y por último hay un gran aumento de la asistencia social: se asiste a más cantidad de gente con mayor dinero.
|
||||||||||||||||||||||||||
volver |