IDD-Lat 2012 |
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Panamá |
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El presidente Martinelli llega a la mitad de su administración con un desplome en su popularidad y un gobierno ahogado en escándalos de corrupción, en un país que proyecta para 2012 uno de los mayores crecimientos económicos de la región. Ricardo Martinelli cumplió, el 1 de julio de 2011, dos años de una gestión que se ha destacado por los anuncios de mega proyectos y que ha estado marcada por críticas sobre su estilo de gobierno, manejo de la deuda pública y escándalos de corrupción en los que cercanos colaboradores suyos han estado vinculados. No han faltado las polémicas relacionadas con ataques a la libertad de expresión, en medio de un diálogo que se convocó para tratar este tema y que no ha prosperado. El Presidente comenzó el año asegurando, en un mensaje de Año Nuevo, que el 2011 era un año de grandes retos y nuevas oportunidades para el país. La pobreza bajó en el 2011 del 33,4 al 29%. El gobierno conducía millonarios proyectos en infraestructuras (15.000 millones de dólares en cinco años) y anunciaba novedosos proyectos sociales con el fin de convertir a Panamá en el "Singapur" o el "Dubái" de las Américas, según proclamaba Martinelli. Sin embargo, el mandatario perdió puntos en la ciudadanía, de acuerdo a los sondeos, con índices de popularidad de entre 31 y 47%, lejos del 90% que había marcado tras arrasar en las elecciones de 2009 con más de un millón de votos, cifra récord en el país. Analistas consideraban que el desplome derivaba de la corrupción, la permanente confrontación de Martinelli con diversos sectores, sus intenciones de controlar todos los órganos del Estado y el descontento ciudadano por la inseguridad y el alza del costo de vida. En la Dimensión II, que mide el Respeto de los Derechos Políticos y las Libertades Civiles, los indicadores se han mantenido estables, salvo el correspondiente a Condicionamiento de las libertades civiles por inseguridad, que ha desmejorado levemente. En este nivel de paridad del comportamiento de los indicadores respecto del año anterior, registra un índice final apenas superior al del2011 (Gráfico 3.62). Panamá ocupa el 5º lugar del ranking, manteniendo la misma ubicación que el año anterior. Su valor en esta Dimensión se ubica, en los últimos siete años, en torno a los 6,000 puntos y continúa superando el promedio regional.
Panamá ha mejorado el nivel de la Dimensión III por el avance importante del indicador de Desestabilización, que compensó los retrocesos producidos en las variables Índice de Percepción de la Corrupción y Accountability y por no recibir el castigo del Factor de Anormalidad Democrático. El avance permitió que el país ya supere ampliamente el promedio regional y gane tres lugares en la tabla que muestra el ordenamiento regional, pasando del 7º al 4º (Gráfico 3.63); ubicación que ya había alcanzado en el 2010. Durante este período la gestión de Martinelli se vio caracterizada por fuertes antagonismos. Por un lado el país mostró un fuerte crecimiento económico, en tanto que por el otro, el gobierno aplicó una política socioeconómica muy discutida. Su forma autoritaria de ejercer el poder generó resistencia en la oposición y entre las organizaciones de la sociedad civil, lo cual llevó a una polarización de la sociedad y de los partidos políticos. El Presidente socavaba cada vez más la división de poderes. En un procedimiento jurídicamente cuestionable el Presidente designó dos nuevos magistrados de la Corte Suprema de Justicia. Además le solicitó la renuncia a la procuradora general de la Nación. Se sancionó un derecho penal más severo y se limitó el derecho a las manifestaciones, además de intimidar a periodistas. Martinelli seguía empeñado en reformar la Constitución para permitir su reelección. Existe en la sociedad la percepción que el Gobierno está fallando en materia de transparencia e institucionalidad, cosa que puede socavar las bases de crecimiento a largo plazo. Respecto a la transparencia, hay que reconocer que esta administración, desde sus inicios, intentó mejorar el flujo de información y el acceso a la prensa, con el restablecimiento de las conferencias semanales del Cena o respuestas directas e inmediatas de los principales voceros del equipo económico a través de las nuevas herramientas tecnológicas, entre otras cosas. Pero ese flujo ha sido más limitado durante el segundo año de administración y le ha faltado transparencia y divulgación oportuna y suficiente al manejo de muchos temas relevantes, como proyectos de leyes fiscales (Ley 31 de 2011, por ejemplo); el cronograma de pagos de los proyectos llave en mano, que Capital viene solicitando al Ministerio de Economía y Finanzas (MEF); y los cambios y actualizaciones hechas a la programación financiera del Plan de Gobierno 2010-2014.
La intención del gobierno de vender las acciones estatales en las empresas mixtas de electricidad y telefonía generó el rechazo de amplios sectores del país, con objeciones que llevaron a Martinelli a retirar sus propuestas del Parlamento, paralizado por la oposición. El tema fue llevado por el gobierno a una mesa de concertación –integrada por varios sectores sociales – pero también fue rechazado pese a la insistencia de un gobierno empeñado en obtener recursos para cubrir un déficit fiscal de 400 millones de dólares. Martinelli rompió con una alianza de gobierno con el Partido Panameñista (PPA), luego de destituir como canciller al vicepresidente Juan Carlos Varela, a quien acusó de tener varios sombreros, como funcionario y como aspirante presidencial. Varela, convertido en un férreo opositor, se unió con sus rivales ideológicos del ex gobernante Partido Revolucionario Democrático (PRD) para, con varios sectores sociales, crear un Frente por la Democracia para enfrentar lo que llaman imposiciones de Martinelli. También, como parte de las protestas, los opositores lograron que el mandatario revirtiera la creación de una nueva sala en la Corte Suprema de Justicia, que según la oposición sería usada por Martinelli para buscar una eventual reelección en 2014. En la Dimensión IV, que mide el Poder Efectivo para Gobernar de la democracia panameña, en la Sub dimensión Social, se registra un retroceso que, por segunda vez en la serie del IDD-Lat (Gráfico 3.64), lleva al país a ubicarse por debajo del promedio regional, a pesar que algunos indicadores han tenido leves incrementos, tales como las variables que miden Mortalidad Infantil y Matriculación Secundaria, aunque no alcanzan a compensar los retrocesos del resto de los indicadores; salvo Gasto en educación, que se mantuvo sin variaciones. A pesar del deterioro en la puntuación de la sub dimensión, Panamá no ha empeorado su lugar en el ranking regional, manteniéndose en la misma ubicación obtenida en el 2011, que era el 8º lugar. Aunque Panamá ha registrado crecimientos económicos sin precedentes en los últimos años, con un promedio de 6,5% en el último quinquenio, la pobreza aún afecta al 32% de los 3.2 millones de panameños. Cifras oficiales señalan que el porcentaje de población pobre se redujo de 36,8 a 32 puntos entre 2003 y 2008, periodo en el cual, el país registró (en 2007 con 12,1%) uno de los crecimientos más altos en su historia. El promedio de desarrollo en el quinquenio anterior fue de alrededor de 3,6%, mientras la pobreza se redujo en tres puntos. El Producto Interno Bruto (PIB) se desaceleró de manera abrupta en 2009 (de 9,2 a cerca de 3%) producto de la crisis económica mundial, con una proyección similar para 2010 y con expectativas de crecimiento del desempleo.
Para paliar la pobreza, el gobierno continúo con el programa Red Oportunidades, iniciado en el gobierno de su antecesor, Martín Torrijos, como un mecanismo para llevar los beneficios del desarrollo a más panameños. El programa se retrasó unos cuatro meses por adecuaciones realizadas por el gobierno. Aunque, desde noviembre de 2011, el Ministerio de Desarrollo Social reanudó los pagos mensuales de 300 dólares a unas 51 mil familias, entre las más pobres del país. En forma paralela al programa condicionado de asistencia a las familias pobres, Martinelli en una de sus promesas de campaña implementó el pago mensual de 100 dólares a las personas mayores de 70 años sin jubilación. Las declaraciones del presidente Martinelli en la cadena de noticias CNN en Español, donde dijo que Panamá no presentaba problemas de desempleo, generó reacciones entre políticos y ciudadanos. El Ministro de Comercio e Industrias Roberto Henríquez, tuvo que salir a la defensa del presidente diciendo que este se había basado en claras cifras estadísticas. Explicó que el desempleo en el país, según cifras extraoficiales, es de 5,5%, y en una economía capitalista, el desempleo es del 4,5%, lo que se considera una economía con pleno empleo y Panamá va en buen camino para lograrlo. Por otra parte Henríquez consideró que Panamá estaba preparada para enfrentar retos después de que Estados Unidos ratifique el TPC. Explicó que Panamá es una plataforma logística de América y que tan sólo la expansión del canal está produciendo grandes inversiones en los puertos de la costa este de EEUU. En Capacidad para Generar Políticas que Aseguren Eficiencia Económica, el índice obtenido es inferior al del año anterior (Gráfico 3.65). El retroceso es consecuencia de peores resultados en los indicadores Puntaje en el Índice de Libertad Económica, Brecha de Ingreso, Endeudamiento e Inversión, que nopudieron compensar el avance de la variable PIB per cápita. Producto del peor puntaje obtenido, se posiciona en una peor ubicación con respecto al año anterior, pasando del 8ª al 9º lugar. En esta edición no logra superar el promedio regional. El manejo de la economía podría catalogarse como uno de los grandes aciertos del actual gobierno en sus dos años de gestión, reconocido no solo a nivel interno por los grupos empresariales, sino también a nivel internacional por las calificadoras de riesgo como Fitch, Standard and Poor’s y Moody’s, que otorgaron en 2010 el grado de inversión al país y lo han mantenido y hasta mejorado en el 2011. Apoyados en la ejecución de megaproyectos como la ampliación del Canal de Panamá de más de cinco billones de dólares, el inicio de la construcción de la primera línea del tren metropolitano de la ciudad de Panamá, el proyecto de saneamiento de la ciudad y bahía de Panamá y la construcción de importantes carreteras, entre otros, la economía del país creció en 2010 un 7,5% siendo una de las estrellas de la región, después que en el año anterior había sorteado la crisis económica mundial y cuando la mayoría de los países del planeta estaban en números rojos, la economía panameña crecía positivamente con un nada despreciable 3,2%.
El ministro de Economía y Finanzas, Alberto Vallarino, reconoció que es precisamente en la justa distribución de la riqueza donde el país tiene una asignatura pendiente, pero que el actual gobierno ha trabajado fuertemente en el combate al flagelo de la pobreza. Programas como Red de Oportunidades, 100 a los 70, Mi Primer Empleo, Becas Universales, proyectos de vivienda, subsidios a la electricidad y gas, y aumento al salario mínimo, pero el más importante de todos, inversión en educación, son mencionados por el gobierno Martinelli como su estrategia para repartir riquezas. Las leyes que más impacto han tenido en los planes económicos del Ejecutivo durante esta primera mitad de mandato han sido las reformas tributarias, el aumento en 40% del impuesto de transferencia de bienes muebles y servicios (ITBMS) que pasó de 5% al 7%. Con esta modificación se buscaba recaudar 300 millones de dólares adicionales para financiar los principales proyectos. En el orden social, las leyes que crearon el programa “100 a los 70” y la beca universal permitieron al gobierno cumplir con algunas de sus promesas de campaña en estos 30 meses de administración. Panamá ha experimentado una impresionante tasa de crecimiento promedio anual del PIB de un 8,6 % en los últimos cuatro años y hasta el primer semestre del 2011, incluyendo la considerable desaceleración del 2,4% del 2009, como consecuencia de la crisis económica internacional. Cuando se desagregan estas cifras de acuerdo a sus principales componentes, se observa que los líderes del crecimiento han sido Transporte y comunicaciones con un 24,3%, Inmuebles y servicios a empresas con 14,8% y el Comercio con un 14,4%. Panamá ostenta el tristemente célebre reconocimiento de ser uno de los países con peor distribución del ingreso. De acuerdo a la encuesta de hogares realizada por el INEC en el año 2009, el 20% de la población de menores ingresos recibía apenas el 5,1% del ingreso total en tanto que el 20% de la población de mayores ingresos recibía el 48,5%. Es importante señalar que si bien de acuerdo al MEF, los porcentajes de pobreza en Panamá han disminuido, todavía el 29% de los panameños sigue siendo pobre, mientras que el 11,4% vive en niveles de indigencia. El Gobierno Nacional señala con orgullo que con una cifra del 4,5% de desocupación, ha alcanzado técnicamente el pleno empleo. Del total de la población ocupada, aproximadamente el 41,1% lo está haciendo de manera informal y por otra parte la población ocupada que realiza las labores que encuentra, independientemente de su preparación profesional, ha crecido del 11% en el 2008 al 14,7% en el 2010. Aunque se ha logrado mejorar el nivel de empleo, el costo de la vida y la agudización de la desigualdad no logran emparejarse con el alto nivel de crecimiento. Además, los grandes gastos para el financiamiento de las megaobras han desatado una vorágine por la consecución de recursos provocando una tenaz oposición política y ciudadana. El sector agropecuario ha sido relegado para favorecer el desarrollo de infraestructuras y el turismo. La apuesta del Gobierno por la venta de los activos del Estado para financiar sus proyectos le llevó a diseñar un presupuesto histórico por 14,451 millones de dólares para el 2012. Pero la presión política y popular, atizada por la ruptura de la alianza del gobernante Cambio Democrático con el Panameñista, dio al traste con las aspiraciones de la administración Martinelli y colocó en una encrucijada al Ministerio de Economía y Finanzas para reducir los gastos, balancear el presupuesto y obtener los recursos para continuar con los megaproyectos. Martinelli entra a su cuarto año de gestión con un hueco de 400 millones de dólares en el presupuesto de este año. Y mientras el Gobierno lucha por la consecución de recursos, el panameño común sufre el alto nivel de inflación, los impuestos, los precios de la canasta básica y la reducción en su poder adquisitivo, pese al incremento de entre 15 y 18% ($432 y $490) en el salario mínimo a finales del 2011. |
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