IDD-Lat 2011

Perú

Perú muestra nuevamente un mejor nivel de desarrollo democrático –de hecho crece más de 5% respecto de la medición anterior– y nuevamente mejora su posición en el ranking regional, pasando del 6° al 4° lugar. Con este comportamiento permanece en el grupo de países con desarrollo democrático medio. Es el único país que ha tenido una tendencia ascendente por seis años consecutivos (periodo 2006-2011) con un mejor desempeño democrático continuado, y obtiene el mejor puntaje de la serie, que prácticamente duplica el valor del año 2005 (Gráfico 3.71). El incremento de su puntuación se debió a mejores resultados en la Dimensión III y fundamentalmente en la Subdimensión Económica, que compensaron las caídas de la Dimensión II y de la Subdimensión Social. El 2010 fue el cuarto año de Alan García en el gobierno y, como balance de su gestión, se puede afirmar que logró sostener y acelerar el crecimiento económico, colocando a Perú entre los puntales del crecimiento latinoamericano. Concluyó, además, un proceso iniciado por el gobierno de Alejandro Toledo, el del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos. Impulsó nuevos tratados y abrió la economía a nuevos mercados. Sin embargo, descuidó algunos flancos como el de la política social. 

Si bien se trata de un problema complejo y de raíces estructurales, los programas sociales no cumplen a cabalidad con su cometido, porque muchos de los recursos quedan estancados en las frondosas burocracias que los procesan. Si Alberto Fujimori montó un aparato clientelista en las regiones y logró crear obra pública desde el aparato central del Estado, lo que lo hizo más popular, García colisionó con un proceso descentralizador que ha significado que el gobierno central restrinja sus márgenes de acción en cuanto a obras de infraestructura. Muchos son los problemas de gestión estatal que no fueron atacados con eficacia: la necesaria reforma del Estado, el fortalecimiento de una política anticorrupción efectiva, la lentitud de los aparatos administrativos, las obstrucciones burocráticas, etcétera. Alan García, al no lograr fortalecer la estructura política y territorial de su partido, Alianza Popular Revolucionaria Americana (APRA), podría estar llevando a esa tienda política (el último partido histórico de Perú que conserva algún caudal electoral) a su virtual desaparición como fuerza relevante en la democracia. Aunque el saber popular indica que “el APRA nunca muere”, el tradicional partido ha sufrido un severo desgranamiento que lo ha ido reduciendo a una expresión mínima. Si bien en 1995 el APRA había visto reducido su caudal a un mínimo histórico (4,95% de los votos), lo que incluso le significó su eliminación temporal del Registro de Partidos, nunca antes el partido tuvo tan poca incidencia en los procesos electorales nacionales como lo sucedido en 2010. Aunque conserva un importante peso territorial en buena parte del país, no logra consolidar ese poder en la proyección de liderazgos nacionales que lo consoliden. 

• La puntuación en la Dimensión II, Respeto de los Derechos Políticos y las Libertades Civiles, ha detenido la curva ascendente que había presentado en los últimos cuatro años y retrocede levemente con respecto al año anterior (Gráfico 3.72). La variación negativa es producto de descensos en los indicadores de inseguridad y participación de la mujer en el gobierno. El resto de las variables se mantuvo estable en valores aún muy bajos, fundamentalmente la correspondiente a derechos políticos. Ocupa el 6° lugar del ranking, bajando un escalón con respecto a 2010. Su índice vuelve a estar por encima del promedio regional, pero en esta ocasión por apenas unas décimas. En relación con la medición de derechos y libertades, los puntajes asignados por Freedom House se han mantenido estables entre 2009 y 2010, lo que implica que no ha existido una recesión democrática, y que Perú continúa con su clasificación de país “libre”.

Esto no significa, sin embargo, que la democracia sea impecable. Los puntajes asignados en las escalas de Derechos Políticos y Libertades Civiles son de 2 y 3, respectivamente. Esto implica que, en relación a los derechos políticos, es un país en el cual estos derechos son en general respetados pero existen problemas de corrupción, violencia, discriminación contra alguna minoría, o influencia militar indebida en el proceso político. En relación con las libertades civiles, un puntaje de 3, que es el que alcanza en 2009 y 2010, implica que éstas, aunque existentes, son precarias y muestran serias deficiencias en tres o cuatro aspectos ligados a las libertades civiles. Durante octubre de 2010 se realizaron elecciones regionales y municipales, cuyo resultado puso en evidencia la casi eliminación del APRA de la escena nacional al carecer de presidencias regionales. La alcaldía de Trujillo siguió en poder de César Acuña, quitando presencia al APRA, que tuvo en esa ciudad y región su núcleo fundacional y de poder. El Nacionalismo (Partido Nacional Peruano –PNP– dirigido por Ollanta Humala) mantuvo cuatro presidencias regionales en alianzas con jefes zonales. El Partido Popular Cristiano (PPC) sólo tuvo presencia significativa en Lima, ratificando su carácter de partido capitalino. Somos Perú (SP) logró ganar algunos distritos. Acción Popular (AP) prácticamente desapareció. Los movimientos regionales provincianos fueron los grandes ganadores, lo que ya había ocurrido en 2002 y en 2006. Es una tendencia consolidada a lo largo del país. Hay también partidos regionales que van creciendo y tienen presencia nacional, tal es el caso de Alianza para el Progreso (AP), que a partir de una experiencia modernizadora en la educación va avanzando. 

La capital, Lima, ha sido la nota destacada por la irrupción de una izquierda que figuraba prácticamente desaparecida y que bajo la mano de una lideresa de centro izquierda, Susana Villarán, reapareció renovada y con fuerza. Lo hizo en circunstancias en que la capital peruana se asfixiaba por el pésimo transporte vehicular y la demencial coincidencia de destrucción y arreglo de pistas en todos los distritos, como también por el lanzamiento de obras de corte metropolitano (Tren eléctrico y Metropolitano) y la inseguridad y violencia ciudadana. La lucha por la alcaldía de la capital tuvo rostro de mujer con dos lideresas en busca del voto ganador. Susana Villarán encabezando Fuerza Social (FS), que ganó por el 38,4%, frente a Lourdes Flores Nano, del PPC-Unidad Nacional, quien obtuvo finalmente 37,5%. Por otro lado, se inició el camino hacia las elecciones presidenciales de 2011, y para ello las agrupaciones políticas culminaron, mediante procesos internos, de elegir a los componentes de sus candidaturas presidenciales. El gobernante Partido Aprista Peruano (PAP) fijó como su aspirante a Mercedes Aráoz. Fuerza 2011 fue la primera en dar a conocer su candidato presidencial, la legisladora Keiko Fujimori, hija del depuesto gobernante Alberto Fujimori, encarcelado por autoría mediata en crímenes de lesa humanidad. El aspirante por Alianza Solidaridad Nacional (ASN) era el dos veces alcalde de Lima Metropolitana, Luis Castañeda. La Alianza Perú Posible (APP) presentó como postulante presidencial al ex mandatario Alejandro Toledo (2001-2006). La Alianza para el Gran Cambio (AGC), conformada por el PPC, el Partido Humanista (PH), Restauración Nacional (RN) y Alianza por el Progreso (APP), proclamó a Pedro Kuczynski como postulante a la presidencia. La Alianza Fuerza Social (AFS) postuló al diplomático Manuel Rodríguez. La Alianza Gana el Perú (GANA), aliado a movimientos regionales, tenía como carta presidencial a Ollanta Humala, ex comandante del ejército peruano, que con el Partido Unión por el Perú (UPP) había ganado la primera vuelta en las elecciones generales de 2006 y en el “ballotage” había sido superado por Alan García. A fines de 2010, de acuerdo a las encuestas de opinión pública, en función a nombres y no de partidos o alianzas, Luis Castañeda, Keiko Fujimori, Alejandro Toledo, Ollanta Humala y Mercedes Aráoz eran los candidatos que aparecían con posibilidades. 

La percepción de inseguridad frente a la delincuencia sigue siendo la más alta de la región: en las tres últimas encuestas del Barómetro de las Américas (2006, 2008 y 2010), Perú ha ocupado el primer o el segundo lugar en la distribución de países según el promedio de la percepción de inseguridad. Más aún, ocupa en 2010 el primer lugar entre todos los países encuestados en términos de la victimización por delincuencia. Decretos promulgados en el mismo año pusieron en alerta a los organismos defensores de los derechos humanos al reforzar las competencias del Fuero Militar Policial y autorizar al ejército a intervenir en conflictos sociales para enfrentarse a “grupos hostiles”. Para la Coordinadora Nacional de Derechos Humanos, durante los cinco años del gobierno de Alan García se había retrocedido en derechos económicos, políticos y sociales. 

• El desempeño de la Dimensión III, que mide la Democracia de las Instituciones, ha tenido un comportamiento positivo para Perú, como consecuencia de la obtención de mejores valores en los indicadores de Accountability y Desestabilización. El país alcanza el mejor valor de toda la serie y su crecimiento roza el 10% con respecto al valor alcanzado en el 2010 (Gráfico 3.73). El indicador que corresponde a la participación de los partidos políticos en el Poder Legislativo se mantuvo estable, al no registrarse elecciones legislativas durante ese año. La única variable que ha empeorado ha sido el Índice de Percepción de la Corrupción. Perú ocupar el 4° lugar del ordenamiento regional, mejorando una posición. Su índice sigue manteniéndose por encima del promedio regional. El estado peruano ha desarrollado en los últimos años una serie de mecanismos para facilitar que la población pudiera acceder de manera abierta a todas las fuentes de información estatal. Entre ellos: la Ley de Acceso a la Información y las normas de financiamiento de los partidos políticos, que ha permitido abrir las cuentas de las agrupaciones y saber quiénes están detrás de los candidatos. Todas estas iniciativas apuntan a mejorar la calidad de la democracia, lo mismo en todo lo relativo a las contrataciones públicas y la instrumentación de mecanismos para que las licitaciones sean transparentes. Esa situación fue incluso reconocida por Transparencia Internacional, en junio de 2010, al afirmar sus personeros que Perú estaba mejorando la calidad de su democracia al establecer condiciones de transparencia y de acceso a la información pública a toda la ciudadanía. 

El reconocimiento de estos avances no significa que no subsistan serios problemas a resolver, como en cada una de las democracias latinoamericanas, en especial lo que se refiere a la resolución de las conflictos sociales, los problemas de pobreza y marginalidad, y los niveles de corrupción estatal y política. El líder indígena Alberto Pizango, que había participado en los enfrentamientos con fuerzas de seguridad en junio de 2009, solicitó asilo político en Nicaragua, para regresar más tarde, en mayo de 2010, y enfrentar junto con decenas de líderes indígenas, juicios por los hechos de Bagua
x. Dos generales de la policía fueron condenados por el Fuero Militar y Policial a pagar reparaciones civiles simbólicas (de poco más de 3,000 dólares) y a penas de prisión suspendida, por el desastroso operativo de desalojo que habían tenido a su cargo. Tras esta crisis, en mayo de 2010 el Congreso aprobó una ley de consulta previa a los pueblos indígenas para cumplir con el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y evitar nuevos conflictos sociales. Sin embargo, el gobierno observó la ley y no se había promulgado hasta fin de año. Como prueba de la morosidad en cuestiones de corrupción vale recordar el escándalo de los denominados “Petroaudios”. Los peruanos recordarán mucho tiempo el término “Faenón” como la palabra que inmortalizó el segundo gobierno de Alan García. Con ella, Rómulo León, ex ministro del primer gobierno aprista, y Alberto Químper, entonces presidente de la empresa estatal Perupetro, se referían en unas escuchas telefónicas a los suculentos sobornos recibidos durante un proceso de adjudicación de lotes petrolíferos. Los bautizados como “Petroaudios”, difundidos por la televisión, tumbaron al primer gabinete del presidente García, en octubre de 2008, al salpicar al primer ministro Jorge del Castillo. También hicieron trizas la popularidad presidencial. Más de dos años después, este caso sigue entrampado en el Poder Judicial al comprobarse la alteración de pruebas clave, entre ellas los USB que contenían las conversaciones telefónicas. Alan García ha reconocido públicamente que la corrupción hizo mucho daño a su gobierno. Por todo esto, la corrupción es el tema que más preocupa a la opinión pública y continúa en evidencia cuán enraizada está en las prácticas de los funcionarios y con cuánta impunidad se puede cometer, y junto con la seguridad y el combate al narcotráfico son los temas centrales para mejorar la calidad institucional del estado peruano. En el campo de las relaciones internacionales, la antigua disputa con Chile, pese a algunos picos de tensión, parece encarrilada en un marco de profundización de la integración económico-comercial, y se han puesto de manifiesto diversas iniciativas de integración fronteriza y de cooperación. 

• En la Dimensión IV, que mide el Poder Efectivo para Gobernar de la democracia peruana, en la Subdimensión Social, se observa un crecimiento (Gráfico 3.74) y esto es producto de un incremento de los indicadores de Mortalidad Infantil, Gasto Público en Salud, Hogares Bajo la Línea de la Pobreza, Matriculación Secundaria y Gasto en Educación. El nivel de Desempleo se mantuvo estable. El puntaje obtenido es el mejor de la serie, desde 2002 y continúa un proceso de ascenso iniciado en 2007, aunque todavía no alcanza a superar el promedio regional. Logra dos lugares en el ranking, pasando del 12° al 10° lugar. Hay consenso en que el modelo actual ha logrado importantes resultados en términos de crecimiento; pero se registran limitaciones en la mejora de la distribución de la riqueza generada precisamente a partir de dicho crecimiento. En esta dirección el Estado adeuda importantes reformas estructurales por realizar que podrían ayudar a disminuir la desigualdad existente. Parte de la situación de mal humor social está asociada a que la mayor generación de riqueza no ha sido equitativa con una mejor distribución de la misma. 

Tal vez ésa sea la explicación de que, siendo Perú una de las estrellas de América Latina, en términos de comportamiento macroeconómico, el gobierno exhiba uno de los más bajos niveles de aprobación ante la población. En el el sector educación, se ha implementado la Carrera Pública Magisterial (con sueldos base con méritos y exámenes), se ha dado capacitación a los docentes, se ha desarrollado el Programa Maestro Siglo XXI: Una Laptop para cada Docente y se han distribuido textos gratuitos, entre otras acciones. La reforma profunda de la salud pública es otro aspecto que todavía está en ciernes. Los esfuerzos del Sistema Integral de la Salud (SIS ) y del aseguramiento universal que está efectuando el gobierno de Alan García tienen fines muy buenos, pero en la práctica todavía dejan mucho que desear. Alan García aspira a abandonar la presidencia habiendo reducido la pobreza de 49% en 2005 a 30% en 2011. Pero si bien la pobreza urbana ha disminuido, la rural se ha consolidado. Un 60% de los peruanos rurales es pobre y regiones andinas como Huancavelica o Apurímac superan esta triste media, llegando a más de 70%. Esta desigualdad ha llevado a economistas a acuñar el término de “crecimiento a lo apartheid” y a cuestionar las cifras de disminución de la pobreza. El índice 2010 de pobreza era de 34,8% del total de la población nacional, lo cual significa que se trata de aproximadamente 10 millones de personas en esa situación, de las cuales unos cuatro millones son extremadamente pobres o indigentes. Aunque los logros en la lucha contra la pobreza son notables, aún no son suficientes
xi. Si la población que está bajo la línea de la pobreza es el 34%, habiendo estado en 54% durante el año 2000, ello indica que en una década la economía creció más de 50% y la pobreza retrocedió en 20%. Esto ha demostrado, que el crecimiento reduce la pobreza, pero que con este ritmo se necesitarían por lo menos dos décadas de crecimiento para terminar con ella. 

• En la Subdimensión Económica, el resultado ha sido superior al obtenido el año anterior (Gráfico 3.75), producto de resultados favorables en todos los indicadores, menos en la variable de Brecha de Ingreso y en la de Endeudamiento. Ocupa el 5° lugar de la tabla, mejorando tres posiciones. Es el país que más ha incrementado su puntuación en esta Subdimensión. Creció hasta colocarse casi un punto por encima del promedio regional y ha mantenido una curva ascendente desde el año 2007, con cinco años de desarrollo económico consecutivo, pese incluso a la crisis internacional. Resultan innegables los aciertos en materia económica de la actual administración gubernamental. Sin embargo, siguen pendientes una serie de reformas estructurales que apuntan hacia el largo plazo. Para resolverlas, la distribución del ingreso debería ser mejor en el futuro próximo. Entre el segundo trimestre de 2006 (momento de inicio de esta gestión de Alan García) y el tercero de 2010, la economía creció un 31,15%, según los datos proporcionados por el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI ). Este desempeño, basado en el alza de los precios internacionales de las materias primas y la disciplina de su política económica interna, ha llevado a algunos organismos financieros internacionales a considerar a la economía peruana como una “estrella en ascenso”. Por su buen desempeño económico, Moody’s Investors Service otorgó al país el grado de inversión en diciembre de 2010, en tanto que Standard & Poor’s lo hizo en julio de 2008 y Fitch Ratings lo concedió en abril del mismo año. 

Un Alan García satisfecho trazó su balance anual sosteniendo que “el 2010 ha sido un buen año y déjenme decirles que estoy convencido totalmente que el 2011 va a ser muchísimo mejor que el 2010”, y agregó que este año “es muy positivo para la economía y la sociedad”, porque Perú alcanza un crecimiento superior en comparación con otras naciones del continente. Destacó como un logro importante las 138 mil obras ejecutadas, con una inversión de 85 mil millones de soles hasta diciembre de ese año. “Las represas, escuelas, hospitales, carreteras, todo eso se va a quedar como estructura de Perú, va a permitir que en los próximos años los 10 mil pueblos electrificados que ya estamos alcanzando puedan producir mucho más”, indicó. Sin embargo, el presidente mencionó que “tenemos que aprender a ser prudentes y guardar ‘pan para mayo’ porque la época de las vacas flacas puede volver en el mundo”, aunque expresó su confianza en que Perú podrá enfrentarla como lo hizo con la crisis financiera de hace dos años. Subrayó que “la capacidad de consumo que se puede ver en estas fiestas navideñas es una prueba de que estamos construyendo una clase media potente”.   

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