IDD-Lat 2010 |
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Paraguay |
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Cuando llegó al poder en Paraguay en agosto de 2008, la figura de Fernando Lugo acaparó el interés de la prensa internacional por tratarse de un ex obispo, que había logrado poner fin a más de seis décadas de hegemonía política de derecha. Meses más tarde, el mandatario continuaba acaparando el interés de los medios, pero ya no exclusivamente por sus logros políticos. La seguidilla de demandas por paternidad que surgieron en contra del ex prelado y su admisión de que había concebido un niño mientras aún era sacerdote, hundieron al mandatario en un torbellino de escándalos. La polémica le significó una fuerte pérdida de credibilidad, que se vio reflejada en los sondeos de opinión: el índice del 92% de aprobación que había acompañado su llegada al poder se redujo a cerca del 55%, según la principal encuestadora del país, First Análisis Estudios.
La base política de Lugo, al momento de su acceso al poder, estaba sustentada en una alianza circunstancial de partidos, unidos principalmente por su oposición al Partido Colorado. El principal aliado del mandatario era el Partido Liberal, cuya fragmentación afectaba la gobernabilidad de la nueva administración. Los roces podían verse en la gélida relación que mantenían Lugo y su vicepresidente, Federico Franco, del Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA), quien mostró tempranamente sus aspiraciones de suceder a su compañero de fórmula en las futuras elecciones de 2013. Meses después de la asunción de Lugo como presidente, comenzaron a notarse “roces” entre el primer mandatario y su vicepresidente. El vicepresidente criticó la “presunta falta de acción” del Gobierno ante el secuestro de Fidel Zavala, de 45 años y miembro de una conocida familia dedicada a la ganadería en el norteño departamento de Concepción. Lugo, respondió con mensajes directos al vicepresidente: “Tendremos diferencias y no sé cuando terminarán, tal vez cuando él lo desee, o el 15 de agosto de 2013. Cuando concluya el mandato de ambos puede ser el presidente y hacer realmente lo que a él le parece”. El vicepresidente señaló que seguirá siendo crítico ante las decisiones que considerara desacertadas en el Gobierno y que actuaría de esa manera porque en ocasiones se sentía marginado en el ámbito del Ejecutivo. También dejó claro su postura con respecto a una posible renuncia del presidente pues dijo que gustoso asumiría la presidencia. En este marco, los Poderes Legislativo y Judicial no ofrecían un escenario favorable al presidente.
Posiblemente lo más valioso para rescatar del año de la gestión de Fernando Lugo no es tanto lo que hizo, sino lo que evitó. Así, el principal logro del mandatario siguió siendo el mismo que cuando asumió: haber inaugurado una nueva fase política en Paraguay.
Los actos de violencia atribuidos al grupo armado Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP), incluido el secuestro del terrateniente Fidel Zavala en octubre, suscitaron preocupación sobre la seguridad en algunas zonas.
En mayo, tras una grave sequía que había ocasionado problemas de seguridad alimentaria en comunidades indígenas y campesinas, el gobierno proclamó el estado de emergencia en todos los departamentos del oeste del país. Los grupos campesinos siguieron exigiendo una reforma agraria en la que se abordaran sus necesidades. Algunos de ellos llevaron a cabo manifestaciones, bloqueos de carreteras y ocupaciones de edificios públicos en apoyo de sus demandas. El clima de conflicto fue creciendo y varias personas resultaron muertas o heridas en el contexto de los conflictos de tierras y durante operaciones de mantenimiento de la ley.
El propio Lugo alimentó la conflictividad con un anuncio público, al afirmar que existen "pequeños bolsones (grupos)" de militares que podrían "ser utilizados por la clase política" para derrocarlo. El mandatario apuntó sus dardos contra miembros de la oposición, dejando en claro que cualquier intento de golpe de Estado no sería "promovido por el estamento militar". Para muchos, la verdadera amenaza a la que se enfrentaba Lugo provenía del Congreso -en manos de la oposición-, que podía buscar destituirlo a través de un juicio político.
Además de los problemas derivados de la fractura en la coalición gobernante, el mandatario tampoco logró afirmar su propia estructura partidaria, quedando totalmente dependiente su capacidad de acción del apoyo liberal. Las agrupaciones políticas de izquierda que lo respaldaron se encontraban muy divididas y en algunos casos enfrentadas tornando inviable la intención del Presidente de crear un partido político propio. Esta circunstancia dejó a Lugo muy expuesto a los embates de los dos partidos políticos tradicionales: el Partido Colorado y el PLRA.
Otro problema que debió enfrentar el presidente surgió como resultado de una intromisión del presidente de Venezuela Hugo Chávez en la política interna de Paraguay. En la VII Reunión del ALBA (Alianza Bolivariana de los Pueblos de Nuestra América), realizada en octubre de ese año en Cochabamba, Bolivia, se reunieron Rafael Correa (Ecuador), Evo Morales (Bolivia), Hugo Chávez (Venezuela), Daniel Ortega (Nicaragua), Raúl Castro (Cuba), entre otros. En el marco de la reunión, Chávez acusó a la "extrema derecha" paraguaya de pretender derrocar a Lugo, con la excusa de que Bolivia emprendía una carrera armamentista contra ese país. El mandatario venezolano cuestionó a la oposición paraguaya por asumir una postura crítica a la supuesta indiferencia del Gobierno de Lugo a la compra anunciada por La Paz de seis aviones chinos de entrenamiento K-8 para fortalecer la lucha antidroga. Las declaraciones de Chávez fueron repudiadas inmediatamente por el Congreso paraguayo, de mayoría opositora, y su presidente, Miguel Carrizosa, del partido Patria Querida (PPQ, de derecha), exigió un pronunciamiento del Ejecutivo.
La falta de sustento político fue uno de los motivos por los que Lugo no pudo avanzar con la reforma agraria, que había sido uno de los pilares de su campaña. Lugo tampoco cumplió con lo prometido a los campesinos más pobres de gravar el mercado de la venta de soja al exterior, que en la actualidad no dejaba ningún rédito impositivo al país. A pesar de que el mandatario no logró acelerar la reforma agraria, sí obtuvo importantes avances en otro de los pilares de su campaña a la presidencia: el reclamo por la represa Itaipú. Paraguay comparte la hidroeléctrica con Brasil, que usa el 95% de la energía producida y hasta ese entonces le pagaba a Asunción precios muchos menores a los de mercado por el excedente que le compraba a su vecino. Lugo y Luis Inacio Lula da Silva anunciaron un “histórico” acuerdo por el que Brasilia triplicaba la compensación a Paraguay. Además, por primera vez Brasil aceptaba la posibilidad de que Paraguay comenzara a vender parte de la energía que le correspondía a precio libre en el mercado brasileño. Con el acuerdo, Paraguay se comprometía a no llevar su reclamo ante la Corte Internacional de La Haya.
En 2009 el PIB per cápita se redujo un 5,1%, por lo que la economía del Paraguay se encuentra entre las que tuvieron la mayor desaceleración económica de América Latina. Este resultado obedeció principalmente a la intensa sequía que afectó al país y que repercutió marcadamente en el sector agrícola —el más importante de la economía paraguaya—, que sufrió pérdidas significativas. En este escenario y para hacer frente a la crisis financiera internacional, el gobierno aumentó el gasto público, por lo que se esperaba un leve déficit fiscal de entre el 0,7% y el 1,2% del PIB. El crecimiento de los precios fue menor que en 2008 y hasta noviembre la variación interanual del índice de precios al consumidor fue de un 2,0%. Sin embargo, se estimaba que para el cierre del año esta cifra aumentara ligeramente dado el incremento de los precios de los productos agrícolas. En el sector externo se preveía una reducción del déficit comercial, por lo que se esperaba que el saldo negativo de la cuenta corriente se redujera. Para 2010 los analistas consideraban que habrá una recuperación del sector agrícola y del sector externo por lo que se proyectaba una tasa de crecimiento de la actividad económica en torno al 3,0%.
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